lunes, 23 de mayo de 2011

Un Llamado del Señor

La  invitación que no debes rechazar:

“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar¨. (Mateo 11.28).

Cristo Jesús es un dulce salvador, invita a todos diciendo: ¨venid a mí¨… no es una exigencia a que cambies algo por tu esfuerzo, ni que te sometas a rituales religiosos.  Es una invitación a venir a él: todos; cuantas personas sean no importa, su sacrificio es suficiente.
Nuestro compasivo salvador se dirige aquí a los cansados y cargados.   Dos  cosas producen cansancio: a) intentar en tus fuerzas guardar los mandamientos (la ley de Moisés), porque siempre los encontrarás difíciles, complicados, demasiado exigentes para ti.
b) el continuo pecar, buscar placer en el pecado y la vanidad de este mundo y no hallarlo, las angustias y tropiezos en la vida, entre  otras cosas; llenan el alma de cansancio y hastió.
A todos los que así están, el Compasivo Salvador les invita: ¨venid a mí¨.
No solo a los cansados, sino también a los “cargados”.  El pecado en todas sus  formas: mentiras, envidias, rencor, maldecir al prójimo, venganza….cargan la conciencia de culpa, cargan al corazón de inquietud y desesperación, desaparece todo vestigio de paz.
Pero el Buen Salvador te invita:”venid a mí “para darte descanso.  El da reposo al corazón, a la mente, a la conciencia de todos aquellos que creen en él.  El purificará tu conciencia de obras muertas al darte perdón, al establecer la paz entre tú y Dios, si hoy vienes a Jesús.
Recuerda esto: Sólo Jesús puede darte descanso, tranquilidad y paz.  Es imposible que encuentres descanso en tu alma fuera del buen Salvador Jesús.
Hoy es el día de salvación para ti, amigo lector, ven a Jesús con, tus pecados, vicios, problemas y todo cuanto pueda agobiar tu alma; Él te dará reposo y vida eterna en su presencia.

G.W.R.



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