viernes, 13 de enero de 2012

Qué hacer cuando las deudas me agobian?

La Biblia y las Deudas.-
por Guillermo Watts
En la actualidad, tanto en nuestro país como en los demás países capitalistas impera la filosofía consumista. La gente compite con el del al lado a ver cual tiene la tecnología  más avanzada o el vehículo más moderno y lujoso.   Constantemente nos vemos bombardeados con anuncios comerciales manipuladores que nos instan a gastar en aquello que no necesitamos.
A veces ni salimos a comprar tal objeto y nos topamos con la publicidad o el vendedor y decimos “¡Qué oportunidad!”.   
Los publicistas, para manipular, por lo general, dan más importancia a la imagen que a la función.   Por ejemplo:   En el anuncio de un vehículo no se enfatiza que sea un medio de transporte adecuado y seguro; sino que se centra en que ese vehículo da al propietario un atractivo y la imagen de ser una persona importante.
Piense además en los mensajes que comunican los anuncios de T.V.     No importa qué producto sea: ropa, desodorante, bebida, etc.    El mensaje es que la vida plena y bella puede ser nuestra si estamos dispuestos a comprar dicho producto.       Esta publicidad nos influencia a todos;   como alguien dijo:     (George Fooschee)  “Las personas compran las cosas que no necesitan con el dinero que  no tienen para impresionar a personas que no les caen bien”.
La publicidad pretende llevarnos a un estilo de vida consumista que promete satisfacer las necesidades más profundas del corazón humano, prometen satisfacción.      Cuando queremos vivir este sueño falso, sin tener los recursos necesarios para poder obtenerlo, sufrimos descontento y nos endeudamos para obtener cosas.     Así las cosas que anuncian los publicistas, las convertimos en necesidades.
Qué enfoque le da la Biblia a las deudas?
¿Qué concepto debemos tener de las deudas?

 Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos,
pues había quienes decían:  "Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas,  ya somos muchos.  Necesitamos conseguir trigo para subsistir."
Otros se quejaban:  "Por conseguir trigo para no morirnos de hambre,  hemos hipotecado nuestros campos,  viñedos y casas."
Había también quienes se quejaban:  "Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey.
Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre,  y nuestros hijos y los suyos son iguales,  a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos.  De hecho,  hay hijas nuestras sirviendo como esclavas,  y no podemos rescatarlas,  puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros."
Cuando oí sus palabras de protesta,  me enojé muchísimo.
Y después de reflexionar,  reprendí a los nobles y gobernantes: 
 ¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses! 
 Convoqué además una gran asamblea contra ellos,
y allí les recriminé: 
 Hasta donde nos ha sido posible,  hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los *paganos.  ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos,  después de que nosotros los hemos rescatado![1] 
 Todos se quedaron callados,  pues no sabían qué responder.
Yo añadí: 
 Lo que están haciendo ustedes es incorrecto.  ¿No deberían mostrar la debida reverencia a nuestro Dios y evitar así el reproche de los paganos,  nuestros enemigos?
Mis hermanos y mis criados,  y hasta yo mismo,  les hemos prestado dinero y trigo.  Pero ahora,  ¡quitémosles esa carga de encima!
Yo les ruego que les devuelvan campos,  viñedos,  olivares y casas,  y también el uno por ciento de la plata,  del trigo,  del vino y del aceite que ustedes les exigen.
Está bien respondieron ellos,  haremos todo lo que nos has pedido.  Se lo devolveremos todo,  sin exigirles nada.”  (Nehemías  5:1-12  )

1.- Cómo debemos ver las deudas y los préstamos.-
En honor a la honestidad, muy pocas veces las personas contraen deudas por necesidades legítimas o inversiones gananciosas.    Cuando Dios habló sobre este tema en el A.T. deja ver que las deudas pertenecían a aquellas familias que habían caído en desgracia y su único recurso era acudir a préstamos para cubrir necesidades y comprar semilla para sembrar.    En otras palabras, se trataba de una necesidad por su condición.  
 "Si uno de ustedes presta dinero a algún necesitado de mi pueblo,  no deberá tratarlo como los prestamistas ni le cobrará intereses.
  "Si alguien toma en prenda el manto de su prójimo,  deberá devolvérselo al caer la noche.
Ese manto es lo único que tiene para abrigarse;  no tiene otra cosa sobre la cual dormir.  Si se queja ante mí,  yo atenderé a su clamor,  pues soy un Dios compasivo.”
    (Exodo 22:25-27).
Note que se trata de una persona que no tiene nada, su vestido es lo único que posee para cubrirse en las noches y lo deja en garantía; no tiene más vestidos.    En otra ocasión, cuando Moisés advierte al pueblo todo lo que les vendrá por desobedecer a Dios; una de las cosas que le dice es
"Los extranjeros que vivan contigo alcanzarán cada vez más poder sobre ti,  mientras que tú te irás hundiendo más y más.
Deu 28:44  Ellos serán tus acreedores,  y tú serás su deudor.  Ellos irán a la cabeza,  y tú quedarás rezagado.”
 (Deuteronomio 28:43-44)   
    este estado no debe ser deseado por nosotros, sino más bien rechazado…
Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos,
pues había quienes decían:  "Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas,  ya somos muchos.  Necesitamos conseguir trigo para subsistir."
Otros se quejaban:  "Por conseguir trigo para no morirnos de hambre,  hemos hipotecado nuestros campos,  viñedos y casas."
Había también quienes se quejaban:  "Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey.
Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre,  y nuestros hijos y los suyos son iguales,  a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos.  De hecho,  hay hijas nuestras sirviendo como esclavas,  y no podemos rescatarlas,  puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros."
 (Nehemías 5:1-5)
Estos israelitas venían del cautiverio, su desgracia económica era tal, que se habían endeudado y habían perdido sus tierras y sus hijos habían tenido que ser entregados como esclavos.   
El pecado de los acreedores estaba en que esto estaba prohibido hacerlo con los israelitas, con sus hermanos (la usura y la esclavitud).    Si analizamos los motivos que le llevaron a contraer deudas, vemos que era una verdadera desgracia familiar a causa del cautiverio:
(a)La familia era enorme y no la podían mantener (5:2 y 5:3). pues había quienes decían:  "Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas,  ya somos muchos.  Necesitamos conseguir trigo para subsistir." Neh 5:2 
Otros se quejaban:  "Por conseguir trigo para no morirnos de hambre,  hemos hipotecado nuestros campos,  viñedos y casas."   Neh 5:3 
      el préstamo era para comer y vivir (hay dos que alegan las mismas razones)
(b) Había algunos que habían hipotecado sus tierras y sus casas para pagar los obligados tributos que les imponía el rey de Babilonia (5:4).      Había también quienes se quejaban:  "Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey.” Neh 5:4 
    
Algunos israelitas con más posibilidades se habían aprovechado de la pobreza de estos.   Ante la imposibilidad de pagar el monto, ellos elevan a su llanto ante Nehemías.  
De aquí aprendemos que en Israel y en la Biblia, las deudas eran el último recurso, cuando la providencia de Dios llevaba a una familia a un estado de pobreza que le resultaba imposible vivir sin recibir ayuda a través de  un préstamo.
2do.  O si es necesario para invertir y ganar, lo cual se llama comercio y es una  forma legítima de ganarse la vida.    De manera que no encontramos las deudas por razones innecesarias como el lujo, andar al ritmo de los nuevos tiempos, satisfacer deseos ocultos, etc.
  Algo más que debemos observar a fin de formarnos un criterio bíblico sobre las deudas, lo encontraremos en la historia de Eliseo y la viuda.

 “La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas le suplicó a Eliseo: 
 Mi esposo,  su servidor,  ha muerto,  y usted sabe que él era fiel[1] al Señor.  Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.
¿Y qué puedo hacer por ti?  le preguntó Eliseo.  Dime,  ¿qué tienes en casa? 
 Su servidora no tiene nada en casa le respondió,  excepto un poco de aceite.
Eliseo le ordenó: 
 Sal y pide a tus vecinos que te presten sus vasijas;  consigue todas las que puedas.
Luego entra en la casa con tus hijos y cierra la puerta.  Echa aceite en todas las vasijas y,  a medida que las llenes,  ponlas aparte.
En seguida la mujer dejó a Eliseo y se fue.  Luego se encerró con sus hijos y empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban.
Cuando ya todas estuvieron llenas,  ella le pidió a uno de sus hijos que le pasara otra más,  y él respondió:  "Ya no hay."  En ese momento se acabó el aceite.
La mujer fue y se lo contó al hombre de Dios,  quien le mandó:  "Ahora ve a vender el aceite,  y paga tus deudas.  Con el dinero que te sobre,  podrán vivir tú y tus hijos."
  (2 Reyes 4: 1-7)
Esta historia nos enseña varias cosas importantes, no nos narra la situación que llevó al marido de esta mujer a contraer deudas; pero sí deja ver claramente como un cristal que las deudas son un riesgo.
Ponemos en riesgo nuestras familias.     La paz y la seguridad de nuestras familias son puestas en garantía.     Los hijos de la viuda serían llevados como esclavos.     La paz y libertad de  nuestras familias son la garantía que dejamos al endeudarnos.
Dice el comentarista Matthew Henry comentando este pasaje: “Los que dejan a su familia bajo una carga grande de deudas no saben los problemas que causan.    Deber de todos los que profesan seguir al Señor es no tentarlo con el descuido o la extravagancia, ni endeudarse, mientras confía en Dios para el pan diario; pues nada tiende más a traer reproche sobre el evangelio o a afligir más a la familia cuando ellos se han ido.”.
¿Valdrá la pena endeudarnos teniendo tanto que perder?
¿Endeudarnos sin verdaderos motivos?
Pero usted dirá: “Bueno,  mis hijos no van a ser tomados como esclavos, eso era en el A.T.”
Sí; pero déjame decirte esto, hay otras maneras de llevar a la familia al mismo estado: Nosotros no sabemos el día en que partiremos con de este mundo, ¡qué triste sería que poco después del dolor de tu muerte, un abogado visite a tu  esposa para decirle que debe abandonar esa casa que con sacrificios habían comprado, porque tú la hipotecaste.
¡Qué triste sería que tus hijos, en lugar de herencia, reciban los recibos de deudas que tú habías contraído a sus espaldas!
Tal vez digas:”Soy joven y saludable no moriré ahora, tendré tiempo para pagar”.   Así mismo hablan algunos que no se han convertido de sus pecados a Dios.      Ellos dicen: “Me convertiré después, Dios no me dejará morir sin arrepentirme, no me dejará ir al infierno…”
Sin embargo, muchos son sorprendidos por la muerte en sus pecados sin conocer al Señor Jesucristo.
¿Seguirás el camino de ellos?
Todo cabeza de hogar está llamado a ser previsor de los tiempos malos, como lo fue José y no a vivir  de la presunción.    Dios es tan celoso en esto que escucha lo que sucedió con Ezequías el rey:       (Isaías 38:1)   “ En aquellos días Ezequías enfermó de muerte.    Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo:  Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás y no vivirás”.
La diferencia es que Dios no nos mandará a decir cuando moriremos para prepararnos.
b.- algo más que nos enseña la historia de la viuda es que:  las deudas traen esclavitud (Proverbios 22:7) “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”.
Esto es una realidad, cuando debemos no somos libres; el acreedor puede importunarnos en la puerta de nuestra casa, cuando estamos descansando, cuando vamos por la calle y hasta en el lugar menos esperado.   Perdemos nuestra libertad.
Perdemos la libertad de nuestro sueldo, ya no gastamos según nuestro sueldo, sino según nuestras deudas.
Hay algunos que no ven su tarjeta, el prestamista la tiene, saca su dinero y le da lo que sobra.   Sólo puede sacar después del prestamista.
-Tú reputación está en sus manos hasta que le pagues.     Si te pasas de la fecha u el prestador lo desea, puede hablar mal de ti y destruir tu buena reputación.

¿Puede ser esta condición deseable por algún ser humano?


 


Cómo librarme de esas deudas?

La administración financiera en el hogar.-
Al pensar en lo perjudicial que son las deudas en la vida de una persona,  la manera en que han traído grandes dolores en la vida de familias, matrimonios rotos a causa de que uno de los cónyuges ha sabido endeudarse con gran facilidad, y otros muchos males ha traído la práctica de tomar dinero prestado.      Al pensar en este aspecto de las deudas y los préstamos, podríamos llegar a la conclusión de que nunca convendría, nunca conviene incurrir en deudas o que nunca ni la familia ni el negocio que tengo podría buscar el auxilio de los empréstitos  para su funcionamiento.
El consejo de modo general es que todo aquel que pueda evitar el endeudamiento, debe evitarlo.  El endeudamiento debe ser el último recurso al cual acudir, el último recurso al cual acudir cuando se atraviesa por una situación difícil.   A pesar de todo esto hay ciertas condiciones que son dignas de consideración.      Antes de analizar esas condiciones, tenemos que admitir que la mayoría de las familias se endeudan por tres (3) razones básicas:
A)  No ahorramos con regularidad.
B)   Estamos viviendo en un nivel socioeconómico  al que no pertenecemos.
C)   No confiamos en Dios, ya que no esperamos el tiempo de él proveer sino que nos adelantamos al tiempo prudente.
No ahorramos con regularidad.-   Cada familia debe acostumbrarse a ahorrar con regularidad para aquellos momentos en que la providencia divina nos trae algo inesperado, sea una enfermedad o cualquier otra eventualidad.     Muchos piensan que el ahorro regular está limitado sólo para aquellos que tienen dinero de sobra, pero no es así.     A pesar de que sea una pequeña cantidad, es importante que una pequeña parte sea guardada.    Esto se llama previsión para el futuro.
No debemos olvidar que el hecho de que no ahorramos no se debe a lo poco que cobramos, sino a la falta de disciplina, por que mientras más gana una persona más gasta, o sea que nunca llagará el momento en que le esté sobrando una gran cantidad para  ahorrar.
   “Cuando aumentan los bienes, aumentan también los que los consumen. Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos? “    Eclesiastés 5:11

Así lo expresa Salomón en su sabiduría.    En la misma medida en que nos aumenten el sueldo, habrá en esa misma proporción más cosas en qué gastar.   En definitiva, sea mucho o sea poco, debemos apartar algo para los imprevistos que se nos presentan.
Estamos viviendo en un nivel socioeconómico  al que no pertenecemos.-         algo  muy notorio en nuestra sociedad es el uso de accesorios  más caros que lo que nuestro nivel económico puede soportar.   Muchos hacen grandes esfuerzos para mantener un nivel al que no pertenecen.   Muchas de las cosas que estas personas compran no las compran a causa de sus necesidades sino porque el vecino las posee y no desea parecer menos.   Por lo regular este tipo de personas  hace todo, se endeuda con tal de mejorar la impresión que está dejando en los demás.   Las familias compran carros más caros, teléfonos más caros que el que su nivel económico puede sostener…
No confiamos en Dios.-    con relación a que no confiamos en el Señor para esperar el tiempo en que Él quiera darnos las cosas, tenemos que decir que es la desesperación por tener aquello que deseamos lo que nos empuja.     Bien se ha dicho que estamos en la época expreso, donde todo lo queremos “ya”.    Ahora mismo nuestro país es expreso, aprendemos a vivir así, y si quiero algo y a la vez puedo esperar, en lugar de hacerlo, nos endeudamos para adquirir lo que queremos pagando por ello un más alto precio.      Esto va convirtiéndose en un espiral, en un circulo vicioso donde la persona mucho antes del fin de año ya tiene comprometida la regalía para dar un ejemplo.
Entonces: ahorrar regularmente, vivir de acuerdo al salario que tenemos y saber esperar en el Señor, el tiempo adecuado para obtener las cosas, son los consejos que podemos extraer de estos tres (3) principios.
Este es el consejo sabio que le dio José a Faraon rey de Egipto, habiendo este recibido del Señor a través de un sueño la información de que el país que comandaba atravesaría por 7 años de abundancia y 7 años de escasez.
  He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;
y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra.
Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa.
Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.
Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.
Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan.
Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre. “  (Génesis 41:30-36)

Como podemos ver, este  modelo de administración sugerido por José, no es utilizado ni siquiera por nuestro país cuando se avecina una crisis, aunque el 2012 no es el caso.   Lamentablemente cuando sabemos que gastar excesivamente nos traerá tiempos difíciles, a pesar de ello se nos hace difícil disminuir el gasto.     Estos son factores negativos con relación al endeudamiento sea de un país o sea de un hogar o sea de cualquier otra institución.
La pregunta es ¿Cuándo es prudente que una familia incurra en deudas?
Analizando los parámetros bíblicos y usando la sabiduría en aquellos puntos en que la Biblia calla, podemos señalar tres (3) puntos o condiciones:
(a)        “Que lo que compremos en base a dinero prestado mantenga su valor o sea capaz de producir ganancias.-
Este es el caso de la tierra.     La tierra a diferencia de lo que escuchamos comúnmente no aumenta su valor, lo que hace la tierra es que lo mantiene y al devaluarse la moneda, da la sensación con el tiempo, de que vale más.   Pero es el mismo precio si la moneda se mantuviera igual.     Claro, en nuestro país, donde lo precios tienen una tendencia tan alcista, esta regla encuentre dificultad.
Existen ciertos artículos los cuales compramos y una vez los vendemos obtenemos ganancias con la cual podemos pagar la deuda y a la vez ganar.   Es el caso de una vivienda.  La mayoría de las familias nunca tendrían acceso a la compra de una casa si no pudieran disponer de un préstamo.       En estos casos es factible la deuda familiar, en cambio hay otros artículos cuyo valor experimenta un deterioro al momento de nosotros sacarlo de la tienda, que aunque queramos no recuperaremos lo que pagamos por él.    En casos así no conviene endeudarse para adquirirlo, porque  en caso de que nos veamos en aprietos no lo podríamos vender y salir de la presión del momento.
Pero siempre tendremos que considerar si el préstamo es en verdad necesario y lo podemos pagar en el tiempo previsto, de modo que no motivemos inquietud familiar.   Una familia llena de inquietud y stress a causa de las continuas deudas, puede dar lugar a ciertos enfrentamientos verbales producto de la situación imperante en el momento.
(b)        Un segundo caso en el cual es prudente endeudarse es el caso de la deuda para invertir.   para muchos negocios sería imposible funcionar con capital propio, sin acudir al préstamo para invertir en casas como edificios, o un nuevo edificio, equipos, materia prima etc.
Sin el préstamo muchos negocios, agricultores y otros, no podrían plantar nuevos cultivos sin préstamos para adquirir semilla y fertilizantes para pagar con la cosecha.
En conclusión a este punto o en resumen, hemos mencionado dos casos donde son inversiones o sea comprar para ganar y una tercera que es un artículo que cobra valor sea este una casa o un pedazo de tierra.
(c)         Un último caso a señalar en la deuda es conveniente es cuando esta deuda no sea tan alta que su pago ponga presión innecesaria en el presupuesto.      Si lo que pagas de interés y capital es tan alto que estorba en   Sin no puedes pagar el desenvolvimiento básico del hogar, en este caso no conviene la deuda.      Un hogar con un presupuesto demasiado recortado provoca la queja y la indignación de la pareja afectado y de toda la familia también.     Muchos divorcios son motorizados por las incomodidades de deudas mal manejadas,   no es fácil para tu pareja soportar año tras año con la misma situación de excesiva estrechez.
Otro factor a tomar en cuenta, siguiendo el tema, es el caso de las tarjetas de crédito.     Las tarjetas de crédito no son para todo el mundo, a veces no podemos saldar completamente lo que hemos comprado con ella y eso acumula intereses que van a presionar el presupuesto del hogar.     Si no puedes pagar el saldo completo de tu tarjeta de crédito a fin de mes, lo recomendable  es que no la tengas, aunque te tilden de anticuado.    La paz en el hogar y en tu vida vale más.
Todo esto es vivir de una manera planificada, la Biblia nos manda y estimula a vivir de una manera planificada:      “…¿quién de nosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gasto, a ver si tiene  lo que necesita para acabarla?”  (Lucas 14:28)
Antes del inicio de una edificación, quién no se sienta a calcular, a planificar lo que hará, si los gastos superarán lo que él tiene…..    es más la Biblia lo presenta como algo normal entre las personas.       Debemos planificar nuestras vidas, hacia donde vamos, qué queremos, qué vamos alcanzar al cabo de un tiempo determinado y con qué contamos.
Un hogar que en lugar de planificar da golpes a ciegas, va  a la deriva económicamente hablando.
Por lo cual, y a manera de conclusión final: compre, invierta, pero planifique antes, considere los resultados.    Y de seguro su calidad de vida será superior.   Una vida familiar sin el stress de las deudas innecesarias, deudas en las que no vemos los beneficios, representa una vida llena de angustias que bien pudieran evitarse.
Imitemos el ejemplo de José en Egipto:    guardemos para los tiempos de escasez o de enfermedad y por qué no, para los tiempos de vejez.
Y sobre todo, recuerde que Jesucristo es el mejor guía que una vida puede tener.   Muchos viven vidas que ellos mismos ya no le encuentran sentido, ya no hay hacia dónde ir.     Sepa que Jesucristo da sentido a la vida, razón de vivir cuando usted le acepta como salvador de su vida.   Aunque en tu vida haya más sinsabores que momentos de disfrute, el Señor Jesucristo toma tu vida y la convierte en una vida que vale la pena vivir.  Búscale, búscale con sincero corazón.