domingo, 20 de mayo de 2012

PELIGROS FATALES

Cuidado, hay peligros fatales.-
Por: Pastor Guillermo Watts R.
Pastor de la Iglesia Misión Bautista Cristiana
La Romana, R.D.

En nuestro andar diario como seres humanos que somos, dotados de razón, utilizamos señales de advertencia para prevenir a los conductores, por ejemplo, de peligros que bien pudieran ser fatales de no tener alguna advertencia para tomar las precauciones de lugar.   En la vida espiritual no es para menos.    Los peligros espirituales son de mayor importancia que cualquier otro peligro.   Deseo al iniciar estas palabras referir lo que nos dice el profeta Isaías hablando acerca de Cristo:     “…no hay parecer en él,  ni hermosura;  le veremos,  mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres,  varón de dolores,  experimentado en quebranto;  y como que escondimos de él el rostro,  fue menospreciado,  y no lo estimamos.”   (Isaías 53:2     )
600 años antes del Señor Jesucristo, profetizó Isaías, y nos decía inequívocamente que el Señor Jesús, no tendría en su aspecto humano ningún atractivo para que la gente le siguiera, era en apariencia un hombre más.   No tenía el aspecto de un gran sabio ni de un rey que llamara la atención, sino que por el contrario las personas no se sentían atraídas a él como para seguirle; la mayoría de las personas exigen que para seguir a un líder puedan ver en él carisma, don de mando, que exige drásticamente que otros le sirvan, pero el Señor  Jesucristo, a diferencia de los líderes de este mundo, vino para servir, los discípulos le vieron lavarle los pies.    Es por eso y otras razones  que fue despreciado y desechado entre la gente.
Entiendo que este es un perfecto cuadro de lo que es hoy la verdadera religión para muchos, incluso dentro de los que me escuchan.    Del mismo modo que vieron a Cristo, ven al cristianismo, no ven a sus miembros involucrados en la política, en las pugnas por el poder, en el afán por enriquecerse, sino que por el contrario viven interesados en el Señor, su gloria y el cuidado de sus almas.
Aunque todo esto parezca de poco interés, sin embargo es lo más importante.  Los que vivieron antes del diluvio consideraban la advertencia de Noé como algo insignificante y fuera de contexto.    Nunca había llovido sobre la tierra y Noé, solo Noé decía que vendría un diluvio.    Me imagino sus burlas contra Noé, el mensaje de Noé no les quitaba el sueño, había otras muchas cosas en las cuales invertir el tiempo como era el ocuparse de trabajar y producir, construir y multiplicarse.     Sin embargo el diluvio fue una realidad de la cual se dieron cuenta cuando ya era demasiado tarde.   
Quiere decir que no debemos medir la importancia de las cosas por la apariencia.    El Evangelio es el único mensaje de salvación para el ser humano, el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree, sin embargo muchos temas aparentarán tener más importancia y trascendencia que este sencillo mensaje, en labio de gente sencilla también.     Esta es la razón por la que hoy deseo advertirte acerca de dos cosas principales que debes atender:
(4) El grave peligro de despreciar el cristianismo. 
Este es uno de los graves peligros para el ser humano.   Fácilmente se puede observar que de un modo especial, los jóvenes muestran poco interés por el cristianismo.    Nadie usa tan poco las Biblias, asiste tan pocas veces a una iglesia, presta tan poca atención a la predicación como los jóvenes.    Nadie está por lo general tan ausente de los lugares en los que se ofrece ayuda al alma.    Los jóvenes parecen creer que no necesitan estas cosas, que estas pueden servir para las mujeres y los ancianos, pero no para ellos.   Parecen avergonzarse de demostrar que tienen cuidado de sus almas: uno casi se imagina se avergüenzan del cielo.    Y esto no es más que el desprecio por el cristianismo.    Es ese espíritu de desprecio que hizo que los jóvenes de Betel se burlaran de Eliseo, un profeta del Señor muy consagrado (2 Reyes 2:23-24) :   Después subió de allí a Bet-el;  y subiendo por el camino,  salieron unos muchachos de la ciudad,  y se burlaban de él,  diciendo:  ¡Calvo,  sube!  ¡calvo,  sube!
Y mirando él atrás,  los vio,  y los maldijo en el nombre de Jehová.  Y salieron dos osos del monte,  y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.”
, y de este espíritu es que deseo advertir a los  jóvenes:  ¡Cuidado!  Sí vale la pena ser cristiano, aunque  parezca no tener atractivo alguno;  a estos jóvenes les parecía más atractivo confabularse con el grupo y burlarse de Eliseo que ser discípulos tal vez de Eliseo. 
El desprecio de las cosas santas es el camino fácil hacia la infidelidad.   Tan pronto un hombre comienza a burlarse y hacer bromas sobre cualquier asunto del cristianismo, nunca me sorprende escuchar luego que se ha convertido en un franco incrédulo, que su corazón se endureció, ahora está más lejos de la salvación que nunca. 
Joven, ¿verdaderamente has pensado en esto? ¿Has examinado cuidadosamente el abismo que está ante ti si persistes en despreciar el mensaje del evangelio y el cristianismo?     Considera por un momento  las palabras de David: "Dice el necio en su corazón: no hay Dios" (Salmo 14:1).    Nota, eso lo dice el necio,  ¡El necio, y nadie más que el necio!     ¡Él lo dice, pero nunca lo ha demostrado!    Recuerda, si alguna vez ha habido un libro que ha demostrado ser veraz de principio a fin, sustentado por todo tipo de evidencia, ese libro es la Biblia.    Ha desafiado los ataques de todos los enemigos y buscadores de faltas.    Juan 17:17  “…  tu palabra es verdad.”      Estas palabras no son solo dichos del Señor sino que ha sido sometida a prueba en toda forma, y mientras más probada, más evidentemente ha demostrado ser obra de las manos de Dios mismo. ¿Qué creerás tú si no crees en la Biblia? No hay otra alternativa que creer algo ridículo y absurdo.    Puedes estar seguro, ningún hombre es tan groseramente crédulo como aquel que niega que la Biblia es la Palabra de Dios; y si es la Palabra de Dios, ten cuidado de no despreciarla. 
Los hombres pueden decirte que hay dificultades en la Biblia; cosas que son difíciles de entender.    No sería el libro de Dios si no hubieran esas cosas difíciles para nosotros los hombres.    ¿Y qué si las hay?   Tú no desprecias las medicinas porque no puedes explicar todo lo que tu doctor hace mediante ellas o porque no entiendas cómo fue fabricada, o cuáles sean sus componentes.    Sin embargo, no importa lo que los hombres puedan decir, las cosas necesarias para la salvación aparecen claras como la luz del día.    Puedes estar muy seguro de algo: la gente nunca rechaza la Biblia porque no puede entenderla.     Dice Juan 6:29  Respondió Jesús y les dijo:  Esta es la obra de Dios,  que creáis en el que él ha enviado.”     
Ese que fue enviado fue Jesús, quien vino a los suyos y los suyos no le recibieron.   Quien aun haciendo milagros no le creyeron.   Quiere decir que no fue la falta de  evidencias, ni de testimonio de una persona santa, ni la veracidad de las palabras.   Así las Escrituras,  ellos la entienden demasiado bien; entienden que la Biblia condena su propio comportamiento; entienden que testifica en contra de sus pecados, y que les compromete a presentarse a juicio un día.    Ellos intentan creer que es falsa e inútil porque no les gusta admitir que es verdad.
Joven, ¿cuándo ha dejado Dios de cumplir Su palabra? Nunca.    Lo que Él ha dicho, siempre lo ha hecho; y lo que Él ha hablado, siempre se ha cumplido. ¿Dejó El de cumplir Su palabra cuando el diluvio? No.  ¿Dejó de cumplirla con Sodoma y Gomorra? tampoco.   ¿Dejó Él de cumplirla con la incrédula Jerusalén? Jamás.    El nunca ha dejado de cumplir Su palabra. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,  y después de esto el juicio,”  Hebreos 9:27 .   de acuerdo a este texto, nos encaminamos al día del gran juicio.  Es inevitable, está establecido con la misma ley que fue establecida la muerte, si confiamos y creemos firmemente que vamos a morir, con la misma fuerza debemos creer, confiar y esperar que Dios nos juzgará  un día.   Ten cuidado, no sea que te encuentres entre aquellos por quienes la Palabra de Dios es despreciada.   Sería lamentable que despreciaras la Palabra sin error, que ninguno ha podido demostrar que se equivoca en algún punto.   No la desprecies, haz lo que te aconseja.   Te manda arrepentirte, hazlo.   Puedes creer firmemente que necesitas arrepentirte, su consejo es mucho más certero que el de un médico.  
  Por lo cual te aconsejo que:  Nunca te rías del cristianismo.   Nunca te burles de las cosas sagradas  Nunca te mofes de aquellos que son diligentes y fervientes en lo concerniente a sus almas.   La hora vendrá cuando veas felices a aquellos de quienes te reíste; la hora vendrá cuando tu risa se convertirá en lamento, y tu burla en abatimiento.     No quiero que estés en el grupo de los burladores de quienes después será el Señor quien se reirá de ellos:         Proverbios 1:24  Por cuanto llamé,  y no quisisteis oír,
 Extendí mi mano,  y no hubo quien atendiese,
Sino que desechasteis todo consejo mío
 Y mi reprensión no quisisteis,
También yo me reiré en vuestra calamidad,
 Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;”

Todos cuantos se burlaron  de Cristo mientras estaba en la cruz, pensaron que habían obtenido una victoria, pero luego, dice la Escritura que se golpeaban el pecho diciendo: verdaderamente este era el Hijo de Dios. (Marcos 15:39)
Mi segunda advertencia en esta ocasión tiene que ver con algo muy común en nuestro medio, un error que ha cobrado muchas víctimas, me refiero a:
(5) El temor a la opinión de los hombres. 
Dice Proverbios 29:25  El temor del hombre pondrá lazo;
 Mas el que confía en Jehová será exaltado.”
"El temor del hombre" ciertamente "pondrá lazo" (Pr 29:25).     Es terrible observar el poder que este temor ejerce sobre la mayoría de las mentes, y en especial sobre las mentes de los jóvenes.    Pocos parecen tener algún criterio propio, o pensar por ellos mismos.     Se dejan llevar fácilmente por la corriente, que en este caso es lo que hacen los demás; lo que los otros consideran que está bien, ellos consideran que está bien; y lo que los otros llaman malo, ellos lo llaman malo también.     No hay muchos pensadores originales en el mundo.    La mayoría de los hombres son como ovejas, siguen un líder.    Si la moda del momento fuera ser papistas, ellos serían papistas; si fuera ser mahometanos, ellos serían mahometanos.    Sienten pavor ante la idea de correr en contra de la corriente de los tiempos.    En una palabra, la opinión del día se convierte en su religión, su credo, su Biblia y su Dios. 
Tienen un temor horrendo a ser considerados distintos, que no parezcan del grupo, o ser capaces de censurar la cosas que los demás hacen y ser sacados de aquel círculo al que pertenecen.
El pensamiento: "¿Qué dirán o pensarán de mi mis amigos?" cortará muchas buenas inclinaciones.     El temor a atraer la atención, a ser motivo de risa o ridiculizado, impide que muchos buenos hábitos sean adquiridos. Hay Biblias que serían leídas en este mismo día, si sus dueños se atrevieran.    Ellos saben que deben leerlas, pero tienen miedo.  "¿Qué dirá la gente?"      Hay rodillas que estarían dobladas en oración esta misma noche, pero el temor del hombre lo prohíbe:    "¿Qué dirían mi esposa, mi hermano, mi amigo, mi compañero, si me vieran orando?"   ¡Ay, qué miserable esclavitud es esta y, sin embargo, cuán común!   "Temí al pueblo", dijo Saúl a Samuel, y de este modo desobedeció el mandamiento del Señor (1 S 15:24). "Tengo temor de los judíos", dijo Sedequías, el obstinado rey de Judá, y de este modo desobedeció el consejo del profeta  Jeremías (Jer 38:19).      Herodes tenía miedo de lo que sus invitados pensarían de él, así que hizo aquello que lo "entristeció mucho"; él decapitó a Juan el Bautista (Mr 6:25-27).     Pilato temió ofender a los judíos, de manera que hizo lo que en su conciencia sabía que era injusto: entregó a Jesús para ser crucificado.    Si esto no es esclavitud, ¿qué es entonces?    Estas personas eran esclavos del temor a los hombres, fueron incapaces de hacer la voluntad de Dios, aunque estaban convencidos de qué era la voluntad de Dios, sin embargo no la hicieron por estar atados “al qué dirán”, por estar atados a la opinión de los hombres, por estar más comprometidos con los hombres que con el Señor.
La única opinión válida para nosotros debía ser la opinión de Dios.
Joven, quiero que tú seas libre de esta esclavitud.   Deseo que no te importe la opinión del hombre cuando esté clara la senda del deber, la senda que señala la voluntad de Dios.   Créeme, es una gran cosa ser capaz de decir "¡No!"   Ese fue el punto débil del bondadoso rey Josafat; era muy condescendiente y complaciente en sus tratos con Acab, y de ahí muchos de sus problemas (1 R 22:4).   Se encontró acompañando a un malvado en sus acciones, como lo fue Acab.   Joven   Aprende a decir: "¡No!" No dejes que el temor de no parecer bondadoso te haga incapaz de decirlo.    No dejes que el temor a que tu grupo te rechace te haga desobedecer al Rey de toda la tierra.     Cuando "los pecadores te quisieren engañar," se capaz de decirles decididamente: "Yo no consentiré" (Pr 1:10).   “No los acompañaré en sus malas prácticas, eso está en contra de lo que Dios dice”.   Y si aun diciéndoles esto te rechazan, no te preocupes si tienes a Dios de tu lado.    Si estás haciendo la voluntad del Señor revelada en Su palabra.
Considera tan sólo cuan irrazonable es este temor del hombre.  ¡Cuán efímera es la amistad con el hombre, y cuán poco daño te puede hacer! "¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo del hombre, que es como heno?  Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra" (Isaías 51:12-13).   ¡Y cuán ingrato es este temor!  Nadie va a pensar realmente mejor de ti por esto.   El mundo siempre respeta más a aquellos que actúan valientemente para Dios.  ¡Oh, rompe esas ataduras, y arroja esas cadenas de ti!   Nunca te avergüences de dejar que los hombres vean que tú deseas ir al cielo.  No creas que es una deshonra mostrarte a ti mismo como un siervo de Dios.  Nunca temas hacer lo que es correcto. 
Recuerda las palabras del Señor Jesús: "No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28). Solamente trata de agradar a Dios y El puede hacer que pronto los demás se sientan complacidos contigo. "Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él" (Proverbios 16:17).
Joven, sé valiente.    Apocalipsis 21:8  “Pero los cobardes e incrédulos,  los abominables y homicidas,  los fornicarios y hechiceros,  los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,  que es la muerte segunda.”   Los cobardes encabezan la lista porque nunca se atreven, nunca dan el paso, se quedan en su condición y no vienen a Cristo por temor, temor al qué dirán, temor a no poder mantenerse, temor a lo que dirá o pensará mi pareja, etc.   Pero el temor es el amo de los cobardes, es la cadena que les ata, es el guía que les conduce a la condenación.
 Que no te importe lo que el mundo diga o piense; no estarás siempre con el mundo.  ¿Puede el hombre salvar tu alma? Imposible  ¿Será el hombre tu juez en el grande y terrible día del juicio? No.   ¿Puede el hombre darte una buena conciencia en la vida, una buena esperanza en la muerte, una buena respuesta en la mañana de resurrección? ¡No! ¡No! ¡No!  El hombre no puede hacer nada de esto.   Entonces, "No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano" (Isaias 51:7-8
        Trae a la memoria el dicho del buen coronel Gardiner: "Yo temo a Dios, y por lo tanto no tengo a nadie más a quien temer."     O como dijo Elías para garantizar la veracidad de sus dichos:  “….  Vive Jehová de los ejércitos,  en cuya presencia estoy,  que hoy me mostraré a él. (1Reyes 18:15)  Ve e imítale.    Vive cada día como quien está delante de la presencia de Dios, quien ve tu corazón, escucha tus pensamientos, pesa tus intenciones y te juzgará en aquel día.
Sabiendo todo esto, creo está claro que el ser humano en sus fuerzas no puede alcanzar este estándar de vida, porque es imposible, lo que sí puedes hacer es vencer ese temor a los hombres y venir a Jesucristo, hacer lo que Pilato no hizo.   Abandona ese temor a perder el grupo que nada podrá hacer por ti en aquel gran día.     No busques en el cristianismo un atractivo para tus gustos, busca en el cristianismo las directrices para salvar tu alma en Jesucristo.     Estas son las dos advertencias que he querido traerte hoy, son las que han mantenido a mucha gente en el error y la oscuridad hasta que sus almas han sucumbido para siempre.
Estas son las advertencias que te doy. Guárdalas en tu corazón. Son dignas de que las examines detenidamente. Estoy muy equivocado si no son en gran manera necesarias.   Quiera el Señor que no te hayan sido dadas en vano.    Seas tú un genuino creyente en Cristo, nacido de nuevo, o seas tú una persona que aun no ha abrazado la salvación que está en Cristo, porque aun a la persona salva el temor a los hombres le impedirá hacer la voluntad de Dios, le será imposible obedecer a Dios y los hombres a la misma vez, agradar a Dios y complacer a los hombres al mismo tiempo.    De modo que en este punto el llamado es a la valentía para temer  solo a Dios.        “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,  yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”   (Mateo 10:33)
    




sábado, 19 de mayo de 2012

EL LIBRO DE DIOS

        Por el Pastor: Guillermo Watts R.
  Pastor de la Iglesia Misión Bautista Cristiana,
La Romana, R.D.

     2 Timoteo 3: 14-17, Las Sagradas Escrituras

 “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,  sabiendo de quién has aprendido;
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras,  las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,  enteramente preparado para toda buena obra.”
El apóstol Pablo, guiando a Timoteo, le ha descrito un panorama oscuro al hablar de estos últimos tiempos, Pablo se refiere a estos tiempos como “peligrosos” debido a la presencia de muchos engañadores y opositores del Evangelio.  Ya vimos que Pablo, le aconseja persistir en lo que había aprendido.  
Cuando se describe un panorama sombrío, caminos difíciles y peligrosos, obstáculos para hacer  lo bueno, tal vez surja una pregunta: ¿Y qué hago?   La respuesta es:     persiste en lo que has aprendido.    Lo que Timoteo aprendió desde la niñez fueron Las Sagradas Escrituras.        Esa fue la herramienta que su madre y su abuela pusieron en sus manos para evitar que Timoteo siguiera los pasos de los demás hombres.
“¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.”     (Salmos 119:9)

Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino    (Salmos 119:105)

La palabra serviría para que ese niño entendiera cuáles son los verdaderos peligros para su alma, por medio de Las Escrituras ese niño podría identificar a aquellos que de corazón limpio invocan al Señor.          Timoteo tenía un mapa que le conducía por el camino correcto, que le guiaba a Dios, a la salvación.           Muchos padres ignoran lo que las Sagradas Escrituras pueden hacer en la vida de sus hijos, y le llenan de consejos acerca de cómo cuidarse en esta vida, eso es bueno, pero darles la Biblia es mucho mejor.
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo….el precepto de Jehová es puro, que alumbra a los ojos”     Salmos 19:7-9

La Biblia, como veremos, es el libro de Dios, por lo cual da la verdadera sabiduría y alumbra los ojos permitiendo al hombre que vea los peligros para su alma y  pueda evadirlos
“El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño      (Proverbios 22:3)

¿Por qué el avisado ve el mal?
¿Por qué se esconde?
Porque  sus ojos han sido alumbrados por la palabra y esa misma Palabra le ha enseñado a cuidar su alma.  Ahora ya Timoteo era un adulto, pero las Sagradas Escrituras continuaban siendo útiles para él.     Es por esto que Pablo se dispone a explicarnos los beneficios que ofrece el correcto uso de Las Sagradas Escrituras.         El apóstol Pablo acostumbraba, al final de su encuentro con personas queridas, encomendarles a las Escrituras; ya lo había hecho con los pastores en Éfeso.
(Hechos 20: 29,32) Act 20:32  “Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificaros  y daros la herencia entre todos los santificados.”

Algo similar estaba Pablo haciendo con Timoteo, él como hombre de Dios, debía saber qué beneficio podía ofrecerle las Sagradas Escrituras para su  vida.
Por lo cual, Pablo le explica:
(1)               Lo que son Las Sagradas Escrituras.
(2)               Para que sirven.
(3)              El propósito final de ellas.

(a)              LO QUE SON LAS SAGRADAS ESCRITURAS.-
Toda la Escritura es inspirada por Dios…”

Esta declaración sencillamente significa que las copias de las Escrituras que hoy tenemos a la mano, lejos de ser un libro más, son exhaladas, sopladas por Dios.    Esto quiere decir a su vez que La Escritura es producto divino.          Dios, sin anular la personalidad de sus siervos, más bien empleándolos les guía a escribir la enseñanza que Él quiso.     Sin error.
A pesar de que conservaron sus personalidades y estilos, cada escritor escribió lo que Dios quiso fuera escrito, su voluntad.        P.E.       Balaam, este era un hombre perverso a quien Balaac contrató para maldecir al pueblo  de Israel.                          (Números 22:12,35,37-38;          23:11-12;       23:25-26.).

Balaam en su corazón anhelaba la recompensa que el rey Balac (rey de Moab) le ofrecía, él insistió hasta que Dios le dejó ir con los mensajeros que envió Balac; sin embargo, a pesar de su deseo, disposición y a pesar de ser este hombre perverso, capaz de cualquier cosa a cambio de prebendas, de dinero.     A pesar de todo esto, él dijo lo que Dios quiso que él dijera y nada más.
Num 23:11  “Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te tomé para maldecir a mis enemigos, pero mira, ¡los has llenado de bendiciones!
Num 23:12  Y él respondió y dijo: ¿No debo tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR pone en mi boca?”

De la misma manera, los siervos de Dios fueron inspirados por el Espíritu Santo, fue el E.S. quien les guió a decir y escribir lo que dijeron y escribieron.        De modo que el resultado es una revelación escrita de la voluntad de Dios sin errores y con la autoridad de Dios mismo.
      
En las Escrituras Dios se revela a sí mismo, en la naturaleza tenemos la revelación general la cual se encarga de revelar su Poder y  Deidad a toda criatura;  ahora bien, en Las Escrituras, Su revelación especial, Dios da a conocer su voluntad, su naturaleza, sus juicios, su plan etc.       Estas Escrituras NO pretenden demostrar la existencia de Dios, sino que la da por sentado, el ser humano, en realidad, entiende la existencia de Dios.         El ateísmo es más rebeldía que ignorancia.
Dice el necio en su corazón:
No hay Dios.
Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien haga el bien.”      (Salmo 53:1)
El ateísmo es conductual, es más bien la reacción de personas que rehúsan vivir sometidos a Dios y de acuerdo a sus leyes.    Inmediatamente el ser humano contempla la  creación, sabe que hay un Creador.
Imagínese que usted lleva a un niño a una sala de arte.   Al ver los cuadros, el niño hace numerosas preguntas muy naturales, como: “¿Quién pintó ese cuadro tan bonito?”       o usted lo lleva a un museo de ciencias donde están una gran cantidad de inventos históricos.     El niño preguntaría:    ”¿Quién inventó eso?”               El niño es por naturaleza creacionista.    Los cuadros tienen pintores; los inventos tienen inventores.       
¿Qué niño o adulto se le ocurriría preguntar: “¿Por qué proceso evolucionó ese cuadro?”.        Usted de seguro le diría: “Los cuadros y los inventos no se dan por evolución, la gente los hace”.
La obra nos debe guiar a buscar al creador de la obra.      Es algo que sucede con naturalidad, los niños preguntan:  “¿Quién hizo las estrellas?”.    Ellos no preguntan: “¿De qué evolucionaron las estrellas?     O   ¿Cuántos años hace que esto evolucionó?
El ateísmo es contrario a la naturaleza.     Por eso decimos que es más bien la excusa para corromperse; si no hay Dios, ¿Quién pone freno a nuestra conducta?           Por esto Las Escrituras no pretenden demostrar la existencia de Dios, sino que declaran la voluntad de Dios.
La Escritura ha sido atacada de diversas maneras en la historia, con argumentos, usando la fuerza, pero ella ha permanecido.     En varias ocasiones fue una ofensa capital el poseer una copia de alguna  parte del texto Sagrado.   Sin embargo, el texto sobrevivió.
Fue la seguridad de que Dios les había hablado directamente en Las Escrituras lo que les dio a los reformadores su valentía.                          En la época de Lutero la Iglesia Romana había debilitado la autoridad de la Biblia, elevando las tradiciones humanas a la altura de Las Escrituras e insistiendo en que la enseñanza de la Biblia sólo podía ser comunicada por intermedio de los papas, los concilios y los sacerdotes.      Los reformadores restauraron la autoridad bíblica al sostener que el Dios vivo le habla a su pueblo en la Biblia, directamente y con autoridad.
Los reformadores llamaron a la acción de Dios, mediante la cual la verdad de su palabra se graba en las mentes y las conciencias de su pueblo: “el testimonio interior del Espíritu Santo”.
La Biblia es palabra de Dios, porque es una palabra viva.             (Hebreos 4:12).                     Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.”

El efecto que produce en la vida, convenciendo, “partiendo el alma” con dolor por haber pecado, transformando la vida, pensamientos y conducta, dan testimonio de ello.      Dios no sólo nos habló en la Biblia, sino que continúa hablándonos.   Cuando la estudiamos, Dios nos habla en nuestro estudio y las verdades que allí encontramos nos transforman.     Se da un encuentro directo entre el creyente y Dios.        Es a  lo que Lutero se refería cuando declaró en la Dieta de Worms:  Mi conciencia ha sido cautivada por la palabra de Dios”.
Esto es lo que Pablo quiere que Timoteo comprenda, lo que son las Escrituras.    Timoteo, esa es la Palabra de Dios, confiablemente la Palabra de Dios.      Timoteo, léelas porque en ellas te pones en contacto con tu Dios, le conoces mejor.      Timoteo recibe el consejo de la Biblia como el consejo de tu Padre Celestial, tu Señor y Salvador personal, el temible Dios de la Creación.

(B)  PARA QUÉ SIRVEN:      “…y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”. (VA)
(a) ..”Útil para enseñar”.-  Todo libro de texto en las escuelas es útil para enseñar a seres humanos, ¿Cuál es, pues, la diferencia de la Biblia con un libro de texto?      Las enseñanzas de la Escrituras acerca de Dios mismo, el hombre, el mundo, el pecado, el castigo eterno, la salvación, son originales y particulares de la Biblia.                –En relación con Dios, enseña a un Dios infinito, soberano, santo y amante.       Tal descripción de la deidad está más allá de la concepción del hombre.       Ningún hombre inventó jamás un Dios como éste.
-En relación con el hombre, enseña que está condenado, degradado en carácter y pecaminoso en conducta: “…no hay quien haga lo bueno…”   (Romanaos 3:10-12).       “como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO;
NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS;
TODOS SE HAN DESVIADO, A UNA SE HICIERON INUTILES; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. “

    La Biblia condena al hombre y todos sus hechos como  lo hace ningún otro libro en el mundo.    Así la Biblia nos enseña con verdad la naturaleza humana.         También enseña el castigo del pecado,  lo cual es evidencia de su procedencia divina, ya que de haber sido de procedencia humana, no enseñaría el tormento eterno.
Pero también enseña la salvación del pecado en Cristo.          
Esta es la enseñanza que contiene la Escritura, te enseña la verdad acerca de Dios, del hombre y la salvación.  
(b)                “Para reprender”.-     para convencer a los que caminan en error.
(c)   Para corregir”.-    Significa literalmente, restauración a un estado recto o correcto.     Aquí se refiere la mejora en la vida y en el carácter.
(d)               “Para instruir en justicia”.-      La Escritura es útil para instruir al hombre en todo aquello que es recto o justo, de todo lo que se conforma a la voluntad revelada de Dios                      (Mateo 5:6,10 y 20).
Así vemos que Las Escrituras “preparan”, por medio de la enseñanza, a un hombre para la tarea de agradar a Dios.     Todo cuanto el ser humano necesita creer y obedecer para ser de agrado a los ojos de Dios.
Además, como Las Escrituras son las que enseñan el camino de salvación, eso nos explica porqué aquellos que se exponen a las enseñanzas de los falsos maestros, siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad (3:7); esto se debe a que las enseñanzas que reciben contienen  error.  Y no enseñan la verdad.
(C) EL PROPÓSITO FINAL DE ELLAS.- (V17).
A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:17).
Las Escrituras “equipan”, “preparan” al hombre para toda buena obra.      Para que una obra sea buena debe provenir de la fe, ser ordenada por Dios y ser hecha para su gloria.
Las Escrituras hacen al hombre de Dios perfecto, no quiere decir sin pecado, sino implica estar listo para ser usado.      Las Escrituras persiguen tratar con la vida individual y la preparación del creyente para la obra.     Hay un trabajo que Dios quiere el creyente haga.           (Efesios 4:11-12).
Las Escrituras en manos de Timoteo o de cualquier ministro, debe ser como un taller, al taller donde viene la persona con muchos desperfectos del mundo; con las herramientas bíblicas esta persona debe salir preparado para la obra.    Antes hacía obras malas, ahora es equipado para verdaderas buenas obras.           Antes éramos personas no aptas para la obra de Dios, pero el Señor nos dio la Escritura para prepararnos de tal modo que seamos instrumentos útiles para Dios.                             (2 Timoteo  2:20-21).
Esas buenas obras las utiliza el Señor como un faro de luz para aquellos que están en tinieblas,  el E.S.  Les dice: “Mira lo  que era y mira  lo que ahora es”, un hombre o mujer divorciado de su pasado, con intenciones distintas, con deseos diferentes.
Juan Bunyan es un ejemplo de esto, hijo de un hojalatero, lo cual él asumió como profesión.     Nació en una época en la cual prevalecían las malas costumbres por todo el país de Inglaterra.    Era un muchacho desaplicado, y muy pocos de su edad le aventajaban en maldecir, jurar, mentir y blasfemar.        El Señor obró en su vida trayéndole al Salvador.    Pronto tuvo que sufrir a causa de su fe.     Fue arrestado y allí pasó 12 años.    Estando en la cárcel, acompañado de su Biblia y  del libro: “Los Mártires de Fox”; escribió “El Peregrino”, también fue autor de muchos otros libros aparte de predicar y pastorear una iglesia.
Eso hace la Palabra de Dios, Las Escrituras, prepara al hombre para la obra de Dos.    Lo que no sirve, lo hace útil para Dios.    Lo que ni el mundo quiere, Dios lo toma y lo perfecciona y hace un vaso para honra.    Lo vil y lo menospreciado es equipado para hacer el bien y glorificar a Dios.
¿CÓMO DEBEMOS RESPONDERÉ A ESTA VERDAD?
(a) Es del todo cierto que la Palabra de Dios, Las Escrituras transforman la vida aun de los peores hombres, sin embargo, tú  y yo debemos recibirlas en el corazón; al acercarnos a las Escrituras debemos hacerlo con un corazón deseoso de que ella haga su obra en nosotros, dejando argumentos, confianza en nuestra moralidad, orgullo, etc.      (2 Crónicas 34:19, 26-27)    => Josías
2Ch 34:19  “Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos. “
  Pero al rey de Judá que os envió a consultar al SEÑOR, así le diréis: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'En cuanto a las palabras que has oído,
2Ch 34:27  porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante de Dios cuando oíste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de mí, ciertamente te he oído--declara el SEÑOR.”

El rey Josías no endureció su corazón al oír las palabras del libro, sino que: -se conmovió,   -se humilló (2 veces aparece),  -rasgó sus vestidos,   -lloró en presencia de Dios.         
Esto fue siendo rey.   Al aparecer 2 veces la reacción de humillarse, tal parece que fue la acción principal, Josías no fue humillado por otra persona; él se humilló.       Nunca entenderemos todos los beneficios que un corazón obtiene ante Dios por causa de humillarse.
El publicano fue justificado antes que el fariseo y  lo que dice el Señor al final de la parábola es: “porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. (Lucas 18:14).
Es en el corazón donde nos humillamos al oír y recibir la Palabra de Dios y cuando esto sucede, ella transforma nuestro corazón.              (Nehemías 8:6,8-9).   La primera actitud que encontramos es que se humillaron.   
Por tanto, acércate a las Escrituras con un corazón humillado, humilde; escúchala con la disposición de hacer lo que ella ordena.     No te acerques  como un “sabelotodo”, como un filósofo o  científico o como uno que busca argumentos para discutir.         Cuando te acerques con la actitud correcta, en la medida que la obedezcas verás cambios en tu vida y verás que el Señor te va tomando como un instrumento para hacer su obra.

POR TU ALMA, TOMA EN CUENTA ESTO

Cuidado, hay peligros fatales.-
Por: Pastor: Guillermo Watts R.
Pastor de la Iglesia Misión Bautista Cristina
La Romana, R.D.

En nuestro andar diario como seres humanos que somos, dotados de razón, utilizamos señales de advertencia para prevenir a los conductores, por ejemplo, de peligros que bien pudieran ser fatales de no tener alguna advertencia para tomar las precauciones de lugar.   En la vida espiritual no es para menos.    Los peligros espirituales son de mayor importancia que cualquier otro peligro.   Deseo al iniciar estas palabras referir lo que nos dice el profeta Isaías hablando acerca de Cristo:     “…no hay parecer en él,  ni hermosura;  le veremos,  mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres,  varón de dolores,  experimentado en quebranto;  y como que escondimos de él el rostro,  fue menospreciado,  y no lo estimamos.”   (Isaías 53:2     )
600 años antes del Señor Jesucristo, profetizó Isaías, y nos decía inequívocamente que el Señor Jesús, no tendría en su aspecto humano ningún atractivo para que la gente le siguiera, era en apariencia un hombre más.   No tenía el aspecto de un gran sabio ni de un rey que llamara la atención, sino que por el contrario las personas no se sentían atraídas a él como para seguirle; la mayoría de las personas exigen que para seguir a un líder puedan ver en él carisma, don de mando, que exige drásticamente que otros le sirvan, pero el Señor  Jesucristo, a diferencia de los líderes de este mundo, vino para servir, los discípulos le vieron lavarle los pies.    Es por eso y otras razones  que fue despreciado y desechado entre la gente.
Entiendo que este es un perfecto cuadro de lo que es hoy la verdadera religión para muchos, incluso dentro de los que me escuchan.    Del mismo modo que vieron a Cristo, ven al cristianismo, no ven a sus miembros involucrados en la política, en las pugnas por el poder, en el afán por enriquecerse, sino que por el contrario viven interesados en el Señor, su gloria y el cuidado de sus almas.
Aunque todo esto parezca de poco interés, sin embargo es lo más importante.  Los que vivieron antes del diluvio consideraban la advertencia de Noé como algo insignificante y fuera de contexto.    Nunca había llovido sobre la tierra y Noé, solo Noé decía que vendría un diluvio.    Me imagino sus burlas contra Noé, el mensaje de Noé no les quitaba el sueño, había otras muchas cosas en las cuales invertir el tiempo como era el ocuparse de trabajar y producir, construir y multiplicarse.     Sin embargo el diluvio fue una realidad de la cual se dieron cuenta cuando ya era demasiado tarde.   
Quiere decir que no debemos medir la importancia de las cosas por la apariencia.    El Evangelio es el único mensaje de salvación para el ser humano, el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree, sin embargo muchos temas aparentarán tener más importancia y trascendencia que este sencillo mensaje, en labio de gente sencilla también.     Esta es la razón por la que hoy deseo advertirte acerca de dos cosas principales que debes atender:
(4) El grave peligro de despreciar el cristianismo. 
Este es uno de los graves peligros para el ser humano.   Fácilmente se puede observar que de un modo especial, los jóvenes muestran poco interés por el cristianismo.    Nadie usa tan poco las Biblias, asiste tan pocas veces a una iglesia, presta tan poca atención a la predicación como los jóvenes.    Nadie está por lo general tan ausente de los lugares en los que se ofrece ayuda al alma.    Los jóvenes parecen creer que no necesitan estas cosas, que estas pueden servir para las mujeres y los ancianos, pero no para ellos.   Parecen avergonzarse de demostrar que tienen cuidado de sus almas: uno casi se imagina se avergüenzan del cielo.    Y esto no es más que el desprecio por el cristianismo.    Es ese espíritu de desprecio que hizo que los jóvenes de Betel se burlaran de Eliseo, un profeta del Señor muy consagrado (2 Reyes 2:23-24) :   Después subió de allí a Bet-el;  y subiendo por el camino,  salieron unos muchachos de la ciudad,  y se burlaban de él,  diciendo:  ¡Calvo,  sube!  ¡calvo,  sube!
Y mirando él atrás,  los vio,  y los maldijo en el nombre de Jehová.  Y salieron dos osos del monte,  y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.”
, y de este espíritu es que deseo advertir a los  jóvenes:  ¡Cuidado!  Sí vale la pena ser cristiano, aunque  parezca no tener atractivo alguno;  a estos jóvenes les parecía más atractivo confabularse con el grupo y burlarse de Eliseo que ser discípulos tal vez de Eliseo. 
El desprecio de las cosas santas es el camino fácil hacia la infidelidad.   Tan pronto un hombre comienza a burlarse y hacer bromas sobre cualquier asunto del cristianismo, nunca me sorprende escuchar luego que se ha convertido en un franco incrédulo, que su corazón se endureció, ahora está más lejos de la salvación que nunca. 
Joven, ¿verdaderamente has pensado en esto? ¿Has examinado cuidadosamente el abismo que está ante ti si persistes en despreciar el mensaje del evangelio y el cristianismo?     Considera por un momento  las palabras de David: "Dice el necio en su corazón: no hay Dios" (Salmo 14:1).    Nota, eso lo dice el necio,  ¡El necio, y nadie más que el necio!     ¡Él lo dice, pero nunca lo ha demostrado!    Recuerda, si alguna vez ha habido un libro que ha demostrado ser veraz de principio a fin, sustentado por todo tipo de evidencia, ese libro es la Biblia.    Ha desafiado los ataques de todos los enemigos y buscadores de faltas.    Juan 17:17  “…  tu palabra es verdad.”      Estas palabras no son solo dichos del Señor sino que ha sido sometida a prueba en toda forma, y mientras más probada, más evidentemente ha demostrado ser obra de las manos de Dios mismo. ¿Qué creerás tú si no crees en la Biblia? No hay otra alternativa que creer algo ridículo y absurdo.    Puedes estar seguro, ningún hombre es tan groseramente crédulo como aquel que niega que la Biblia es la Palabra de Dios; y si es la Palabra de Dios, ten cuidado de no despreciarla. 
Los hombres pueden decirte que hay dificultades en la Biblia; cosas que son difíciles de entender.    No sería el libro de Dios si no hubieran esas cosas difíciles para nosotros los hombres.    ¿Y qué si las hay?   Tú no desprecias las medicinas porque no puedes explicar todo lo que tu doctor hace mediante ellas o porque no entiendas cómo fue fabricada, o cuáles sean sus componentes.    Sin embargo, no importa lo que los hombres puedan decir, las cosas necesarias para la salvación aparecen claras como la luz del día.    Puedes estar muy seguro de algo: la gente nunca rechaza la Biblia porque no puede entenderla.     Dice Juan 6:29  Respondió Jesús y les dijo:  Esta es la obra de Dios,  que creáis en el que él ha enviado.”     
Ese que fue enviado fue Jesús, quien vino a los suyos y los suyos no le recibieron.   Quien aun haciendo milagros no le creyeron.   Quiere decir que no fue la falta de  evidencias, ni de testimonio de una persona santa, ni la veracidad de las palabras.   Así las Escrituras,  ellos la entienden demasiado bien; entienden que la Biblia condena su propio comportamiento; entienden que testifica en contra de sus pecados, y que les compromete a presentarse a juicio un día.    Ellos intentan creer que es falsa e inútil porque no les gusta admitir que es verdad.
Joven, ¿cuándo ha dejado Dios de cumplir Su palabra? Nunca.    Lo que Él ha dicho, siempre lo ha hecho; y lo que Él ha hablado, siempre se ha cumplido. ¿Dejó El de cumplir Su palabra cuando el diluvio? No.  ¿Dejó de cumplirla con Sodoma y Gomorra? tampoco.   ¿Dejó Él de cumplirla con la incrédula Jerusalén? Jamás.    El nunca ha dejado de cumplir Su palabra. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,  y después de esto el juicio,”  Hebreos 9:27 .   de acuerdo a este texto, nos encaminamos al día del gran juicio.  Es inevitable, está establecido con la misma ley que fue establecida la muerte, si confiamos y creemos firmemente que vamos a morir, con la misma fuerza debemos creer, confiar y esperar que Dios nos juzgará  un día.   Ten cuidado, no sea que te encuentres entre aquellos por quienes la Palabra de Dios es despreciada.   Sería lamentable que despreciaras la Palabra sin error, que ninguno ha podido demostrar que se equivoca en algún punto.   No la desprecies, haz lo que te aconseja.   Te manda arrepentirte, hazlo.   Puedes creer firmemente que necesitas arrepentirte, su consejo es mucho más certero que el de un médico.  
  Por lo cual te aconsejo que:  Nunca te rías del cristianismo.   Nunca te burles de las cosas sagradas  Nunca te mofes de aquellos que son diligentes y fervientes en lo concerniente a sus almas.   La hora vendrá cuando veas felices a aquellos de quienes te reíste; la hora vendrá cuando tu risa se convertirá en lamento, y tu burla en abatimiento.     No quiero que estés en el grupo de los burladores de quienes después será el Señor quien se reirá de ellos:         Proverbios 1:24  Por cuanto llamé,  y no quisisteis oír,
 Extendí mi mano,  y no hubo quien atendiese,
Sino que desechasteis todo consejo mío
 Y mi reprensión no quisisteis,
También yo me reiré en vuestra calamidad,
 Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;”

Todos cuantos se burlaron  de Cristo mientras estaba en la cruz, pensaron que habían obtenido una victoria, pero luego, dice la Escritura que se golpeaban el pecho diciendo: verdaderamente este era el Hijo de Dios. (Marcos 15:39)
Mi segunda advertencia en esta ocasión tiene que ver con algo muy común en nuestro medio, un error que ha cobrado muchas víctimas, me refiero a:
(5) El temor a la opinión de los hombres. 
Dice Proverbios 29:25  El temor del hombre pondrá lazo;
 Mas el que confía en Jehová será exaltado.”
"El temor del hombre" ciertamente "pondrá lazo" (Pr 29:25).     Es terrible observar el poder que este temor ejerce sobre la mayoría de las mentes, y en especial sobre las mentes de los jóvenes.    Pocos parecen tener algún criterio propio, o pensar por ellos mismos.     Se dejan llevar fácilmente por la corriente, que en este caso es lo que hacen los demás; lo que los otros consideran que está bien, ellos consideran que está bien; y lo que los otros llaman malo, ellos lo llaman malo también.     No hay muchos pensadores originales en el mundo.    La mayoría de los hombres son como ovejas, siguen un líder.    Si la moda del momento fuera ser papistas, ellos serían papistas; si fuera ser mahometanos, ellos serían mahometanos.    Sienten pavor ante la idea de correr en contra de la corriente de los tiempos.    En una palabra, la opinión del día se convierte en su religión, su credo, su Biblia y su Dios. 
Tienen un temor horrendo a ser considerados distintos, que no parezcan del grupo, o ser capaces de censurar la cosas que los demás hacen y ser sacados de aquel círculo al que pertenecen.
El pensamiento: "¿Qué dirán o pensarán de mi mis amigos?" cortará muchas buenas inclinaciones.     El temor a atraer la atención, a ser motivo de risa o ridiculizado, impide que muchos buenos hábitos sean adquiridos. Hay Biblias que serían leídas en este mismo día, si sus dueños se atrevieran.    Ellos saben que deben leerlas, pero tienen miedo.  "¿Qué dirá la gente?"      Hay rodillas que estarían dobladas en oración esta misma noche, pero el temor del hombre lo prohíbe:    "¿Qué dirían mi esposa, mi hermano, mi amigo, mi compañero, si me vieran orando?"   ¡Ay, qué miserable esclavitud es esta y, sin embargo, cuán común!   "Temí al pueblo", dijo Saúl a Samuel, y de este modo desobedeció el mandamiento del Señor (1 S 15:24). "Tengo temor de los judíos", dijo Sedequías, el obstinado rey de Judá, y de este modo desobedeció el consejo del profeta  Jeremías (Jer 38:19).      Herodes tenía miedo de lo que sus invitados pensarían de él, así que hizo aquello que lo "entristeció mucho"; él decapitó a Juan el Bautista (Mr 6:25-27).     Pilato temió ofender a los judíos, de manera que hizo lo que en su conciencia sabía que era injusto: entregó a Jesús para ser crucificado.    Si esto no es esclavitud, ¿qué es entonces?    Estas personas eran esclavos del temor a los hombres, fueron incapaces de hacer la voluntad de Dios, aunque estaban convencidos de qué era la voluntad de Dios, sin embargo no la hicieron por estar atados “al qué dirán”, por estar atados a la opinión de los hombres, por estar más comprometidos con los hombres que con el Señor.
La única opinión válida para nosotros debía ser la opinión de Dios.
Joven, quiero que tú seas libre de esta esclavitud.   Deseo que no te importe la opinión del hombre cuando esté clara la senda del deber, la senda que señala la voluntad de Dios.   Créeme, es una gran cosa ser capaz de decir "¡No!"   Ese fue el punto débil del bondadoso rey Josafat; era muy condescendiente y complaciente en sus tratos con Acab, y de ahí muchos de sus problemas (1 R 22:4).   Se encontró acompañando a un malvado en sus acciones, como lo fue Acab.   Joven   Aprende a decir: "¡No!" No dejes que el temor de no parecer bondadoso te haga incapaz de decirlo.    No dejes que el temor a que tu grupo te rechace te haga desobedecer al Rey de toda la tierra.     Cuando "los pecadores te quisieren engañar," se capaz de decirles decididamente: "Yo no consentiré" (Pr 1:10).   “No los acompañaré en sus malas prácticas, eso está en contra de lo que Dios dice”.   Y si aun diciéndoles esto te rechazan, no te preocupes si tienes a Dios de tu lado.    Si estás haciendo la voluntad del Señor revelada en Su palabra.
Considera tan sólo cuan irrazonable es este temor del hombre.  ¡Cuán efímera es la amistad con el hombre, y cuán poco daño te puede hacer! "¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo del hombre, que es como heno?  Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra" (Isaías 51:12-13).   ¡Y cuán ingrato es este temor!  Nadie va a pensar realmente mejor de ti por esto.   El mundo siempre respeta más a aquellos que actúan valientemente para Dios.  ¡Oh, rompe esas ataduras, y arroja esas cadenas de ti!   Nunca te avergüences de dejar que los hombres vean que tú deseas ir al cielo.  No creas que es una deshonra mostrarte a ti mismo como un siervo de Dios.  Nunca temas hacer lo que es correcto. 
Recuerda las palabras del Señor Jesús: "No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28). Solamente trata de agradar a Dios y El puede hacer que pronto los demás se sientan complacidos contigo. "Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él" (Proverbios 16:17).
Joven, sé valiente.    Apocalipsis 21:8  “Pero los cobardes e incrédulos,  los abominables y homicidas,  los fornicarios y hechiceros,  los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,  que es la muerte segunda.”   Los cobardes encabezan la lista porque nunca se atreven, nunca dan el paso, se quedan en su condición y no vienen a Cristo por temor, temor al qué dirán, temor a no poder mantenerse, temor a lo que dirá o pensará mi pareja, etc.   Pero el temor es el amo de los cobardes, es la cadena que les ata, es el guía que les conduce a la condenación.
 Que no te importe lo que el mundo diga o piense; no estarás siempre con el mundo.  ¿Puede el hombre salvar tu alma? Imposible  ¿Será el hombre tu juez en el grande y terrible día del juicio? No.   ¿Puede el hombre darte una buena conciencia en la vida, una buena esperanza en la muerte, una buena respuesta en la mañana de resurrección? ¡No! ¡No! ¡No!  El hombre no puede hacer nada de esto.   Entonces, "No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano" (Isaias 51:7-8
        Trae a la memoria el dicho del buen coronel Gardiner: "Yo temo a Dios, y por lo tanto no tengo a nadie más a quien temer."     O como dijo Elías para garantizar la veracidad de sus dichos:  “….  Vive Jehová de los ejércitos,  en cuya presencia estoy,  que hoy me mostraré a él. (1Reyes 18:15)  Ve e imítale.    Vive cada día como quien está delante de la presencia de Dios, quien ve tu corazón, escucha tus pensamientos, pesa tus intenciones y te juzgará en aquel día.
Sabiendo todo esto, creo está claro que el ser humano en sus fuerzas no puede alcanzar este estándar de vida, porque es imposible, lo que sí puedes hacer es vencer ese temor a los hombres y venir a Jesucristo, hacer lo que Pilato no hizo.   Abandona ese temor a perder el grupo que nada podrá hacer por ti en aquel gran día.     No busques en el cristianismo un atractivo para tus gustos, busca en el cristianismo las directrices para salvar tu alma en Jesucristo.     Estas son las dos advertencias que he querido traerte hoy, son las que han mantenido a mucha gente en el error y la oscuridad hasta que sus almas han sucumbido para siempre.
Estas son las advertencias que te doy. Guárdalas en tu corazón. Son dignas de que las examines detenidamente. Estoy muy equivocado si no son en gran manera necesarias.   Quiera el Señor que no te hayan sido dadas en vano.    Seas tú un genuino creyente en Cristo, nacido de nuevo, o seas tú una persona que aun no ha abrazado la salvación que está en Cristo, porque aun a la persona salva el temor a los hombres le impedirá hacer la voluntad de Dios, le será imposible obedecer a Dios y los hombres a la misma vez, agradar a Dios y complacer a los hombres al mismo tiempo.    De modo que en este punto el llamado es a la valentía para temer  solo a Dios.        “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,  yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”   (Mateo 10:33)