sábado, 19 de mayo de 2012

EL LIBRO DE DIOS

        Por el Pastor: Guillermo Watts R.
  Pastor de la Iglesia Misión Bautista Cristiana,
La Romana, R.D.

     2 Timoteo 3: 14-17, Las Sagradas Escrituras

 “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,  sabiendo de quién has aprendido;
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras,  las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,  enteramente preparado para toda buena obra.”
El apóstol Pablo, guiando a Timoteo, le ha descrito un panorama oscuro al hablar de estos últimos tiempos, Pablo se refiere a estos tiempos como “peligrosos” debido a la presencia de muchos engañadores y opositores del Evangelio.  Ya vimos que Pablo, le aconseja persistir en lo que había aprendido.  
Cuando se describe un panorama sombrío, caminos difíciles y peligrosos, obstáculos para hacer  lo bueno, tal vez surja una pregunta: ¿Y qué hago?   La respuesta es:     persiste en lo que has aprendido.    Lo que Timoteo aprendió desde la niñez fueron Las Sagradas Escrituras.        Esa fue la herramienta que su madre y su abuela pusieron en sus manos para evitar que Timoteo siguiera los pasos de los demás hombres.
“¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.”     (Salmos 119:9)

Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino    (Salmos 119:105)

La palabra serviría para que ese niño entendiera cuáles son los verdaderos peligros para su alma, por medio de Las Escrituras ese niño podría identificar a aquellos que de corazón limpio invocan al Señor.          Timoteo tenía un mapa que le conducía por el camino correcto, que le guiaba a Dios, a la salvación.           Muchos padres ignoran lo que las Sagradas Escrituras pueden hacer en la vida de sus hijos, y le llenan de consejos acerca de cómo cuidarse en esta vida, eso es bueno, pero darles la Biblia es mucho mejor.
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo….el precepto de Jehová es puro, que alumbra a los ojos”     Salmos 19:7-9

La Biblia, como veremos, es el libro de Dios, por lo cual da la verdadera sabiduría y alumbra los ojos permitiendo al hombre que vea los peligros para su alma y  pueda evadirlos
“El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño      (Proverbios 22:3)

¿Por qué el avisado ve el mal?
¿Por qué se esconde?
Porque  sus ojos han sido alumbrados por la palabra y esa misma Palabra le ha enseñado a cuidar su alma.  Ahora ya Timoteo era un adulto, pero las Sagradas Escrituras continuaban siendo útiles para él.     Es por esto que Pablo se dispone a explicarnos los beneficios que ofrece el correcto uso de Las Sagradas Escrituras.         El apóstol Pablo acostumbraba, al final de su encuentro con personas queridas, encomendarles a las Escrituras; ya lo había hecho con los pastores en Éfeso.
(Hechos 20: 29,32) Act 20:32  “Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificaros  y daros la herencia entre todos los santificados.”

Algo similar estaba Pablo haciendo con Timoteo, él como hombre de Dios, debía saber qué beneficio podía ofrecerle las Sagradas Escrituras para su  vida.
Por lo cual, Pablo le explica:
(1)               Lo que son Las Sagradas Escrituras.
(2)               Para que sirven.
(3)              El propósito final de ellas.

(a)              LO QUE SON LAS SAGRADAS ESCRITURAS.-
Toda la Escritura es inspirada por Dios…”

Esta declaración sencillamente significa que las copias de las Escrituras que hoy tenemos a la mano, lejos de ser un libro más, son exhaladas, sopladas por Dios.    Esto quiere decir a su vez que La Escritura es producto divino.          Dios, sin anular la personalidad de sus siervos, más bien empleándolos les guía a escribir la enseñanza que Él quiso.     Sin error.
A pesar de que conservaron sus personalidades y estilos, cada escritor escribió lo que Dios quiso fuera escrito, su voluntad.        P.E.       Balaam, este era un hombre perverso a quien Balaac contrató para maldecir al pueblo  de Israel.                          (Números 22:12,35,37-38;          23:11-12;       23:25-26.).

Balaam en su corazón anhelaba la recompensa que el rey Balac (rey de Moab) le ofrecía, él insistió hasta que Dios le dejó ir con los mensajeros que envió Balac; sin embargo, a pesar de su deseo, disposición y a pesar de ser este hombre perverso, capaz de cualquier cosa a cambio de prebendas, de dinero.     A pesar de todo esto, él dijo lo que Dios quiso que él dijera y nada más.
Num 23:11  “Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te tomé para maldecir a mis enemigos, pero mira, ¡los has llenado de bendiciones!
Num 23:12  Y él respondió y dijo: ¿No debo tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR pone en mi boca?”

De la misma manera, los siervos de Dios fueron inspirados por el Espíritu Santo, fue el E.S. quien les guió a decir y escribir lo que dijeron y escribieron.        De modo que el resultado es una revelación escrita de la voluntad de Dios sin errores y con la autoridad de Dios mismo.
      
En las Escrituras Dios se revela a sí mismo, en la naturaleza tenemos la revelación general la cual se encarga de revelar su Poder y  Deidad a toda criatura;  ahora bien, en Las Escrituras, Su revelación especial, Dios da a conocer su voluntad, su naturaleza, sus juicios, su plan etc.       Estas Escrituras NO pretenden demostrar la existencia de Dios, sino que la da por sentado, el ser humano, en realidad, entiende la existencia de Dios.         El ateísmo es más rebeldía que ignorancia.
Dice el necio en su corazón:
No hay Dios.
Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien haga el bien.”      (Salmo 53:1)
El ateísmo es conductual, es más bien la reacción de personas que rehúsan vivir sometidos a Dios y de acuerdo a sus leyes.    Inmediatamente el ser humano contempla la  creación, sabe que hay un Creador.
Imagínese que usted lleva a un niño a una sala de arte.   Al ver los cuadros, el niño hace numerosas preguntas muy naturales, como: “¿Quién pintó ese cuadro tan bonito?”       o usted lo lleva a un museo de ciencias donde están una gran cantidad de inventos históricos.     El niño preguntaría:    ”¿Quién inventó eso?”               El niño es por naturaleza creacionista.    Los cuadros tienen pintores; los inventos tienen inventores.       
¿Qué niño o adulto se le ocurriría preguntar: “¿Por qué proceso evolucionó ese cuadro?”.        Usted de seguro le diría: “Los cuadros y los inventos no se dan por evolución, la gente los hace”.
La obra nos debe guiar a buscar al creador de la obra.      Es algo que sucede con naturalidad, los niños preguntan:  “¿Quién hizo las estrellas?”.    Ellos no preguntan: “¿De qué evolucionaron las estrellas?     O   ¿Cuántos años hace que esto evolucionó?
El ateísmo es contrario a la naturaleza.     Por eso decimos que es más bien la excusa para corromperse; si no hay Dios, ¿Quién pone freno a nuestra conducta?           Por esto Las Escrituras no pretenden demostrar la existencia de Dios, sino que declaran la voluntad de Dios.
La Escritura ha sido atacada de diversas maneras en la historia, con argumentos, usando la fuerza, pero ella ha permanecido.     En varias ocasiones fue una ofensa capital el poseer una copia de alguna  parte del texto Sagrado.   Sin embargo, el texto sobrevivió.
Fue la seguridad de que Dios les había hablado directamente en Las Escrituras lo que les dio a los reformadores su valentía.                          En la época de Lutero la Iglesia Romana había debilitado la autoridad de la Biblia, elevando las tradiciones humanas a la altura de Las Escrituras e insistiendo en que la enseñanza de la Biblia sólo podía ser comunicada por intermedio de los papas, los concilios y los sacerdotes.      Los reformadores restauraron la autoridad bíblica al sostener que el Dios vivo le habla a su pueblo en la Biblia, directamente y con autoridad.
Los reformadores llamaron a la acción de Dios, mediante la cual la verdad de su palabra se graba en las mentes y las conciencias de su pueblo: “el testimonio interior del Espíritu Santo”.
La Biblia es palabra de Dios, porque es una palabra viva.             (Hebreos 4:12).                     Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.”

El efecto que produce en la vida, convenciendo, “partiendo el alma” con dolor por haber pecado, transformando la vida, pensamientos y conducta, dan testimonio de ello.      Dios no sólo nos habló en la Biblia, sino que continúa hablándonos.   Cuando la estudiamos, Dios nos habla en nuestro estudio y las verdades que allí encontramos nos transforman.     Se da un encuentro directo entre el creyente y Dios.        Es a  lo que Lutero se refería cuando declaró en la Dieta de Worms:  Mi conciencia ha sido cautivada por la palabra de Dios”.
Esto es lo que Pablo quiere que Timoteo comprenda, lo que son las Escrituras.    Timoteo, esa es la Palabra de Dios, confiablemente la Palabra de Dios.      Timoteo, léelas porque en ellas te pones en contacto con tu Dios, le conoces mejor.      Timoteo recibe el consejo de la Biblia como el consejo de tu Padre Celestial, tu Señor y Salvador personal, el temible Dios de la Creación.

(B)  PARA QUÉ SIRVEN:      “…y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”. (VA)
(a) ..”Útil para enseñar”.-  Todo libro de texto en las escuelas es útil para enseñar a seres humanos, ¿Cuál es, pues, la diferencia de la Biblia con un libro de texto?      Las enseñanzas de la Escrituras acerca de Dios mismo, el hombre, el mundo, el pecado, el castigo eterno, la salvación, son originales y particulares de la Biblia.                –En relación con Dios, enseña a un Dios infinito, soberano, santo y amante.       Tal descripción de la deidad está más allá de la concepción del hombre.       Ningún hombre inventó jamás un Dios como éste.
-En relación con el hombre, enseña que está condenado, degradado en carácter y pecaminoso en conducta: “…no hay quien haga lo bueno…”   (Romanaos 3:10-12).       “como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO;
NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS;
TODOS SE HAN DESVIADO, A UNA SE HICIERON INUTILES; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. “

    La Biblia condena al hombre y todos sus hechos como  lo hace ningún otro libro en el mundo.    Así la Biblia nos enseña con verdad la naturaleza humana.         También enseña el castigo del pecado,  lo cual es evidencia de su procedencia divina, ya que de haber sido de procedencia humana, no enseñaría el tormento eterno.
Pero también enseña la salvación del pecado en Cristo.          
Esta es la enseñanza que contiene la Escritura, te enseña la verdad acerca de Dios, del hombre y la salvación.  
(b)                “Para reprender”.-     para convencer a los que caminan en error.
(c)   Para corregir”.-    Significa literalmente, restauración a un estado recto o correcto.     Aquí se refiere la mejora en la vida y en el carácter.
(d)               “Para instruir en justicia”.-      La Escritura es útil para instruir al hombre en todo aquello que es recto o justo, de todo lo que se conforma a la voluntad revelada de Dios                      (Mateo 5:6,10 y 20).
Así vemos que Las Escrituras “preparan”, por medio de la enseñanza, a un hombre para la tarea de agradar a Dios.     Todo cuanto el ser humano necesita creer y obedecer para ser de agrado a los ojos de Dios.
Además, como Las Escrituras son las que enseñan el camino de salvación, eso nos explica porqué aquellos que se exponen a las enseñanzas de los falsos maestros, siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad (3:7); esto se debe a que las enseñanzas que reciben contienen  error.  Y no enseñan la verdad.
(C) EL PROPÓSITO FINAL DE ELLAS.- (V17).
A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:17).
Las Escrituras “equipan”, “preparan” al hombre para toda buena obra.      Para que una obra sea buena debe provenir de la fe, ser ordenada por Dios y ser hecha para su gloria.
Las Escrituras hacen al hombre de Dios perfecto, no quiere decir sin pecado, sino implica estar listo para ser usado.      Las Escrituras persiguen tratar con la vida individual y la preparación del creyente para la obra.     Hay un trabajo que Dios quiere el creyente haga.           (Efesios 4:11-12).
Las Escrituras en manos de Timoteo o de cualquier ministro, debe ser como un taller, al taller donde viene la persona con muchos desperfectos del mundo; con las herramientas bíblicas esta persona debe salir preparado para la obra.    Antes hacía obras malas, ahora es equipado para verdaderas buenas obras.           Antes éramos personas no aptas para la obra de Dios, pero el Señor nos dio la Escritura para prepararnos de tal modo que seamos instrumentos útiles para Dios.                             (2 Timoteo  2:20-21).
Esas buenas obras las utiliza el Señor como un faro de luz para aquellos que están en tinieblas,  el E.S.  Les dice: “Mira lo  que era y mira  lo que ahora es”, un hombre o mujer divorciado de su pasado, con intenciones distintas, con deseos diferentes.
Juan Bunyan es un ejemplo de esto, hijo de un hojalatero, lo cual él asumió como profesión.     Nació en una época en la cual prevalecían las malas costumbres por todo el país de Inglaterra.    Era un muchacho desaplicado, y muy pocos de su edad le aventajaban en maldecir, jurar, mentir y blasfemar.        El Señor obró en su vida trayéndole al Salvador.    Pronto tuvo que sufrir a causa de su fe.     Fue arrestado y allí pasó 12 años.    Estando en la cárcel, acompañado de su Biblia y  del libro: “Los Mártires de Fox”; escribió “El Peregrino”, también fue autor de muchos otros libros aparte de predicar y pastorear una iglesia.
Eso hace la Palabra de Dios, Las Escrituras, prepara al hombre para la obra de Dos.    Lo que no sirve, lo hace útil para Dios.    Lo que ni el mundo quiere, Dios lo toma y lo perfecciona y hace un vaso para honra.    Lo vil y lo menospreciado es equipado para hacer el bien y glorificar a Dios.
¿CÓMO DEBEMOS RESPONDERÉ A ESTA VERDAD?
(a) Es del todo cierto que la Palabra de Dios, Las Escrituras transforman la vida aun de los peores hombres, sin embargo, tú  y yo debemos recibirlas en el corazón; al acercarnos a las Escrituras debemos hacerlo con un corazón deseoso de que ella haga su obra en nosotros, dejando argumentos, confianza en nuestra moralidad, orgullo, etc.      (2 Crónicas 34:19, 26-27)    => Josías
2Ch 34:19  “Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos. “
  Pero al rey de Judá que os envió a consultar al SEÑOR, así le diréis: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'En cuanto a las palabras que has oído,
2Ch 34:27  porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante de Dios cuando oíste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de mí, ciertamente te he oído--declara el SEÑOR.”

El rey Josías no endureció su corazón al oír las palabras del libro, sino que: -se conmovió,   -se humilló (2 veces aparece),  -rasgó sus vestidos,   -lloró en presencia de Dios.         
Esto fue siendo rey.   Al aparecer 2 veces la reacción de humillarse, tal parece que fue la acción principal, Josías no fue humillado por otra persona; él se humilló.       Nunca entenderemos todos los beneficios que un corazón obtiene ante Dios por causa de humillarse.
El publicano fue justificado antes que el fariseo y  lo que dice el Señor al final de la parábola es: “porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. (Lucas 18:14).
Es en el corazón donde nos humillamos al oír y recibir la Palabra de Dios y cuando esto sucede, ella transforma nuestro corazón.              (Nehemías 8:6,8-9).   La primera actitud que encontramos es que se humillaron.   
Por tanto, acércate a las Escrituras con un corazón humillado, humilde; escúchala con la disposición de hacer lo que ella ordena.     No te acerques  como un “sabelotodo”, como un filósofo o  científico o como uno que busca argumentos para discutir.         Cuando te acerques con la actitud correcta, en la medida que la obedezcas verás cambios en tu vida y verás que el Señor te va tomando como un instrumento para hacer su obra.

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