viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Cómo mostramos verdadero amor a nuestra familia?

El ESPOSO CRISTIANO III
Génesis 35:1-3
 
El Señor nos manda a imitar los buenos ejemplos.      En Jacob encontramos varias cualidades de un esposo las cuales hacemos bien en tomar en cuenta a fin de imitar lo bueno.
Veamos primeramente:
ð ¿Cómo influye el esposo en la pureza espiritual de su familia?    
“Dijo Dios a Jacob:  Levántate y sube a Bet-el,  y quédate allí;  y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban:  Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros,  y limpiaos,  y mudad vuestros vestidos.
Y levantémonos,  y subamos a Bet-el;  y haré allí altar al Dios que me respondió” (Gen 35:1 -3)
El líder de hogar tiene mucho que ver con la pureza espiritual de la familia.   Como vemos en este texto:
»       El cabeza del hogar conduce la familia hacia Dios: V3     “…levantémonos y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios…”
Bet-el – “Casa de Dios”
Encontramos entonces que Jacob encabeza a su familia para que se acerque al Dios verdadero.
ð La cabeza del hogar procura que el pecado sea abandonado:    V2 “Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, limpiaos y mudad vuestros vestidos.”
  Labán adoraba ídolos, imágenes; pero ahora Jacob procura llevar a su familia, que sale del hogar de Labán, a abandonar el pecado.          
Nuestro llamado es a hacer algo más que obedecer los mandamientos de Cristo, estamos llamados a enseñar a otros a que los obedezcan.    Así también el cabeza del hogar debe procurar que los suyos abandonen el mundo, el pecado y vengan a una vida de pureza.    
Y mucho tiempo después Jacob tuvo fruto de esta labor.   De sus 12(doce) hijos hubo uno que dijo estas palabras:  “…¿Cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9)
¿Dónde José aprendió esto?   ¿En Egipto?, No.  En su hogar con el ejemplo de un padre temeroso de Dios.
(a) El esposo es un escudo para su familia (Génesis 33:1-3)
  Alzando Jacob sus ojos,  miró,  y he aquí venía Esaú,  y los cuatrocientos hombres con él;  entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.
  Y puso las siervas y sus niños delante,  luego a Lea y sus niños,  y a Raquel y a José los últimos.
  Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces,  hasta que llegó a su hermano.”
Aquí vemos como Jacob dispuso la familia para su protección y salió él al frente. Nosotros sustentamos y cuidamos la familia.  
.   Ser escudo de su familia envuelve:    (1) En la medida de lo  posible debemos hacer una economía para que la familia pueda tener un seguro médico de salud.
(2) Debemos evitar que nuestras familias se carguen de preocupaciones.-
Existen muchas maneras y muchas razones por las que nuestras familias se llenan de preocupación, sólo mencionaremos algunas y como evitarlas:    - Viviendo dentro de nuestros ingresos y no contraer deudas que sean casi imposibles de pagar.
  “El rico se enseñorea del los pobres
Y el que toma prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7)
Estas escrituras advierten sobre el tomar prestado excesivamente, llegando a estar tan endeudado que uno pierda su libertad económica y su paz.
Muchos matrimonios han incurrido en tantas deudas por comprar cosas que en realidad no necesitaban o darse lujos que no podían permitirse que literalmente son esclavos de sus acreedores.   Esto debe evitarse.
No debáis a nadie nada…”  (Romanos 13:8)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cómo debe ser amada una mujer?

EL ESPOSO CRISTIANO II
   Por Guillermo Watts
Efesios 5:21-33
Maridos,  amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia,  y se entregó a sí mismo por ella,”  Efesios 5:25

Desde tiempos lejanos los hombres han tratado los problemas matrimoniales de un modo incorrecto.  En el A.T. encontramos la llamada “carta de repudio”, este documento era el elemento solucionador de los problemas del hogar (hoy es el divorcio).    Si el marido encontraba alguna dificultad en la mujer, el interés no era remediar, sino terminar esa relación e intentar con otra persona.
En nuestros días las cosas no son diferentes, el divorcio ha traído mucha infelicidad y frustración.
El esposo tiene ante Dios un deber; este deber se resume en una palabra: amar.
(a)  Efesios 5:25   “Maridos, amad a vuestras mujeres,…”
Como lo que está en el corazón no puede verse con los ojos físicos, quiere decir que nuestra manera de amar debe ser mostrada con palabras y hechos. Nuestras esposas e incluso nuestros hijos deben oír y ver que le amamos.
   El amor del mundo siempre se orienta en los objetos.   Una persona es amada a causa de su atractivo físico, su inteligencia, su prestigio, su dinero, etc.   En otras palabras, el mundo ama a aquellos que estima dignos de ser amados.   Es inevitable que esa clase de amor siempre sea inestable y débil. 
Tan pronto una persona pierde alguna de las características por las cuales es amada, deja de ser llamativa, el amor asado en las características de la persona también desaparece.   Este es un motivo de fracaso en el matrimonio.
A un esposo no se le manda amar a su esposa por sus cualidades físicas. El tiene el mandato de amarla porque la voluntad de Dios para él es que la ame.
Es cierto que la intención de Dios es que el esposo también admire a su esposa y esté atraído hacia ella por sus encantos, Dios le dijo a Ezequiel: “Hijo de hambre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos;…” (Ezequiel  24:19).
Su esposa, a pesar de la edad, era el deleite de los ojos del profeta.   Sin embargo, aunque tales cosas traen gran bendición y deleite en la vida matrimonial, no son el vínculo firme del matrimonio.   Si desaparecen todas las características atractivas de la esposa, el esposo sigue bajo la misma obligación de amarla.
ð ¿Qué sacrificio haces por tu esposa?
(B) Efesios 5:26-27 Es un amor que purifica:
Así debe ser el amor del esposo.   El amor solo quiere lo mejor para aquel a quien ama, y no puede tolerar que un ser amado se corrompa o desvíe por cualquier cosa maligna o dañina.   Cuando   el amor de un esposo por su esposa es como el amor de Cristo por su iglesia, va a procurar de manera continua ayudar a purificarla de cualquier clase de impureza y vicio.     Se esforzará en protegerla de la contaminación del mundo y en proteger su santidad y pureza de todas las formas posibles.    Nunca la inducirá a hacer algo insensato ni la expondrá a algo que no sea bueno para ella.
Cuando un hombre joven dice que ama a una mujer joven pero quiere que   ella comprometa su pureza sexual antes de estar casados, su amor no es más que interés sexual, no el amor de Dios; además es egoísta.     Esta clase de amor contamina en lugar de purificar.  
(c) Efesios 5:28-30 Es un amor que cuida.-
Para que el amor de un esposo hacia su esposa sea semejante al amor de Cristo por su iglesia, también debe caracterizarse por el cuidado afectuoso de la esposa, a  tal punto que cuide tanto de su bienestar como él cuida del bienestar de su propio cuerpo.
  El esposo que ama a su esposa como Cristo es aquel que está atento a las necesidades de la esposa, sea fortaleza, sea ánimo, sea apoyo, sea sustento material, etc.      Es que amar es entregarse para beneficio del objeto amado.
   Por el contrario algo anda mal si ella es considerada solo como una cocinera, ama de casa, acompañante ocasional y compañera  sexual.    Ella es una piedra preciosa que ha dado Dios con el propósito de ser amada, atendida, sustentada  y cuidada.
(d) Efesios 5:31 Es un amor que no se rompe.-
Cuando la biblia habla de que dos personas serán una sola carne, se refiere a la naturaleza de la unión, no pasajera, sino permanente en amor.  Cuando dos  personas se unen deben hacerlo con el pensamiento y la intención de luchar por esta unión hasta la muerte.  Este es el matrimonio que glorifica a Dios.

lunes, 5 de septiembre de 2011

EL ESPOSO CRISTIANO I

EL ESPOSO CRISTIANO I
1ra. Pedro 3:7
“y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera compresiva con vuestras esposa, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas” (versión de las Américas)
Uno de los elementos centrales para la funcionalidad del matrimonio es el temor a Dios (luego sigue el conocimiento de lo que Dios demanda)
Hablando del esposo, es vital que haya en el corazón temor a Dios, ¿Por qué?
Porque nuestro trato al prójimo está estrechamente vinculado con nuestro temor a Dios: Es mucho lo que podríamos decir sobre esto pero no es lo central en el tema.   Note sólo algunos textos.
“El justo cuida de la vida de su bestia;
Mas el corazón de los impíos es
Cruel”.    (Proverbios 12:10)
El justo, a causa de que la Palabra de Cristo está en su corazón, aun a su bestia le ofrece cuidado; ¡Cuánto más a un ser humano!
El ejercicio de una autoridad con rudeza o dureza se debe a la falta de temor a Dios en el corazón; ¿Por qué el juez no se compadecía de la viuda para hacerle justicia?   Porque ni temía a dios ni respetaba a hombre (Lucas 18:4).
 Asimismo el hombre humilde y con temor a Dios en su corazón es el hombre que será capaz de tratar a su mujer como un vaso más frágil. 
“…vivid con ellas sabiamente…”
En definitiva, un esposo vive con su esposa sabiamente  cuando llega a comprender que ella es más frágil física y emocionalmente.      Como dijimos ese conocimiento o sabiduría que el esposo ha de tener está estrechamente relacionado con la fragilidad de la mujer:
Vivir con ellas sabiamente es tener en cuenta la fragilidad emocional de la esposa lo cual debe conducirnos a tratar su estado emocional y a aliviarlo.
Hay esposos que creen que una mujer sólo necesita sustento material y se olvidan de sus emociones.
ð “…dando honor a la mujer…”
Honor es dignidad, estima, valor.   La mujer debe percibir que son altamente apreciadas por los esposos
“…su estima sobrepasa
Largamente a la de las piedras
Preciosas.” (Proverbios 3:10)
Algunos tildan la Biblia de promover el machismo; pero no encuentro otro libro en el cual a la  mujer se le dé mayor valor que en éste.
ð …Para que vuestras oraciones no tengan estorbo…”
El trato que le demos a nuestras esposas tiene mucho que ver con nuestra relación con Dios.
 Un trato áspero, insensible, abusivo denigrante, etc.  Afecta nuestra vida devocional.
Esto quiere decir que si no somos hombres sensibles, comprensivos con nuestras esposas no estaremos en buena comunión con Dios, no estaremos recibiendo respuesta a nuestras oraciones, las bendiciones espirituales mermarán.