miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cómo debe ser amada una mujer?

EL ESPOSO CRISTIANO II
   Por Guillermo Watts
Efesios 5:21-33
Maridos,  amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia,  y se entregó a sí mismo por ella,”  Efesios 5:25

Desde tiempos lejanos los hombres han tratado los problemas matrimoniales de un modo incorrecto.  En el A.T. encontramos la llamada “carta de repudio”, este documento era el elemento solucionador de los problemas del hogar (hoy es el divorcio).    Si el marido encontraba alguna dificultad en la mujer, el interés no era remediar, sino terminar esa relación e intentar con otra persona.
En nuestros días las cosas no son diferentes, el divorcio ha traído mucha infelicidad y frustración.
El esposo tiene ante Dios un deber; este deber se resume en una palabra: amar.
(a)  Efesios 5:25   “Maridos, amad a vuestras mujeres,…”
Como lo que está en el corazón no puede verse con los ojos físicos, quiere decir que nuestra manera de amar debe ser mostrada con palabras y hechos. Nuestras esposas e incluso nuestros hijos deben oír y ver que le amamos.
   El amor del mundo siempre se orienta en los objetos.   Una persona es amada a causa de su atractivo físico, su inteligencia, su prestigio, su dinero, etc.   En otras palabras, el mundo ama a aquellos que estima dignos de ser amados.   Es inevitable que esa clase de amor siempre sea inestable y débil. 
Tan pronto una persona pierde alguna de las características por las cuales es amada, deja de ser llamativa, el amor asado en las características de la persona también desaparece.   Este es un motivo de fracaso en el matrimonio.
A un esposo no se le manda amar a su esposa por sus cualidades físicas. El tiene el mandato de amarla porque la voluntad de Dios para él es que la ame.
Es cierto que la intención de Dios es que el esposo también admire a su esposa y esté atraído hacia ella por sus encantos, Dios le dijo a Ezequiel: “Hijo de hambre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos;…” (Ezequiel  24:19).
Su esposa, a pesar de la edad, era el deleite de los ojos del profeta.   Sin embargo, aunque tales cosas traen gran bendición y deleite en la vida matrimonial, no son el vínculo firme del matrimonio.   Si desaparecen todas las características atractivas de la esposa, el esposo sigue bajo la misma obligación de amarla.
ð ¿Qué sacrificio haces por tu esposa?
(B) Efesios 5:26-27 Es un amor que purifica:
Así debe ser el amor del esposo.   El amor solo quiere lo mejor para aquel a quien ama, y no puede tolerar que un ser amado se corrompa o desvíe por cualquier cosa maligna o dañina.   Cuando   el amor de un esposo por su esposa es como el amor de Cristo por su iglesia, va a procurar de manera continua ayudar a purificarla de cualquier clase de impureza y vicio.     Se esforzará en protegerla de la contaminación del mundo y en proteger su santidad y pureza de todas las formas posibles.    Nunca la inducirá a hacer algo insensato ni la expondrá a algo que no sea bueno para ella.
Cuando un hombre joven dice que ama a una mujer joven pero quiere que   ella comprometa su pureza sexual antes de estar casados, su amor no es más que interés sexual, no el amor de Dios; además es egoísta.     Esta clase de amor contamina en lugar de purificar.  
(c) Efesios 5:28-30 Es un amor que cuida.-
Para que el amor de un esposo hacia su esposa sea semejante al amor de Cristo por su iglesia, también debe caracterizarse por el cuidado afectuoso de la esposa, a  tal punto que cuide tanto de su bienestar como él cuida del bienestar de su propio cuerpo.
  El esposo que ama a su esposa como Cristo es aquel que está atento a las necesidades de la esposa, sea fortaleza, sea ánimo, sea apoyo, sea sustento material, etc.      Es que amar es entregarse para beneficio del objeto amado.
   Por el contrario algo anda mal si ella es considerada solo como una cocinera, ama de casa, acompañante ocasional y compañera  sexual.    Ella es una piedra preciosa que ha dado Dios con el propósito de ser amada, atendida, sustentada  y cuidada.
(d) Efesios 5:31 Es un amor que no se rompe.-
Cuando la biblia habla de que dos personas serán una sola carne, se refiere a la naturaleza de la unión, no pasajera, sino permanente en amor.  Cuando dos  personas se unen deben hacerlo con el pensamiento y la intención de luchar por esta unión hasta la muerte.  Este es el matrimonio que glorifica a Dios.

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