viernes, 10 de febrero de 2012

SOY LIBRE O ESCLAVO?

La Verdad os hará libres
Por el pastor Guillermo Watts
Juan 8:32                      
Joh 8:30  “Hablando él estas cosas,  muchos creyeron en él.
Joh 8:31  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:  Si vosotros permaneciereis en mi palabra,  seréis verdaderamente mis discípulos;
Joh 8:32  y conoceréis la verdad,  y la verdad os hará libres.
Joh 8:33  Le respondieron:  Linaje de Abraham somos,  y jamás hemos sido esclavos de nadie.  ¿Cómo dices tú:  Seréis libres?
Joh 8:34  Jesús les respondió:  De cierto,  de cierto os digo,  que todo aquel que hace pecado,  esclavo es del pecado.
Joh 8:35  Y el esclavo no queda en la casa para siempre;  el hijo sí queda para siempre.
Joh 8:36  Así que,  si el Hijo os libertare,  seréis verdaderamente libres.
Joh 8:37  Sé que sois descendientes de Abraham;  pero procuráis matarme,  porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
Joh 8:38  Yo hablo lo que he visto cerca del Padre;  y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.
Joh 8:39  Respondieron y le dijeron:  Nuestro padre es Abraham.  Jesús les dijo:  Si fueseis hijos de Abraham,  las obras de Abraham haríais.
Joh 8:40  Pero ahora procuráis matarme a mí,  hombre que os he hablado la verdad,  la cual he oído de Dios;  no hizo esto Abraham.
Joh 8:41  Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.  Entonces le dijeron:  Nosotros no somos nacidos de fornicación;  un padre tenemos,  que es Dios.
Joh 8:42  Jesús entonces les dijo:  Si vuestro padre fuese Dios,  ciertamente me amaríais;  porque yo de Dios he salido,  y he venido;  pues no he venido de mí mismo,  sino que él me envió.
Joh 8:43  ¿Por qué no entendéis mi lenguaje?  Porque no podéis escuchar mi palabra.
Joh 8:44  Vosotros sois de vuestro padre el diablo,  y los deseos de vuestro padre queréis hacer.  El ha sido homicida desde el principio,  y no ha permanecido en la verdad,  porque no hay verdad en él.  Cuando habla mentira,  de suyo habla;  porque es mentiroso,  y padre de mentira.
Joh 8:45  Y a mí,  porque digo la verdad,  no me creéis.”

Joh 8:32  “y conoceréis la verdad,  y la verdad os hará libres.”

Los judíos, de una manera sorprendente, porque conocían la ley de  Moisés y las promesas; rechazaron a Cristo y su Palabra.  Por ocasiones encontramos a algunos grupos que estos de Juan 8:31 que dieron una aprobación mental al mensaje de Jesús V30, este: “creyeron en Él” no fue una entrega completa al Evangelio, sino un estar de acuerdo con la verdad enseñada.
El buen y tierno Salvador conoce los corazones de la gente, su estado y necesidad y aunque ellos la tomaron a mal, son las palabras que justa y exactamente ellos necesitaban para sanar la situación.   Ellos mismos desconocían el estado de sus propias almas, pensaban de sí mismos una cosa y la realidad era otra.
Hace un tiempo hablaba con alguien y le decía que con la falsa religión Satanás ha logrado engañar más que con los placeres mundanos.   Por ejemplo: El borracho de la esquina está claro en el hecho de que está mal delante de Dios, pero el religioso, aun va rumbo al infierno, cree estar bien con Dios.   Porque el religioso por lo regular atiende a todo lo externo, limpia todo lo de afuera, lleva a cabo todos los rituales de la religión y eso le hace sentir que su estado no es tan lamentable, aunque sí lo es porque el corazón no ha experimentado ninguna transformación.
Así estaban los judíos, pero ellos no lo entendían, no entendían que ellos eran esclavos.    Religiosamente hablando ellos no habían sido esclavos de nadie; ninguna nación  los había dominado y quitado su religión por la fuerza.    Ahora bien, políticamente ellos sí habían sido esclavos.   En Egipto fueron esclavos, allí se formaron como nación;  por 70 años fueron esclavos en Babilonia y en ese momento en que hablaban con Jesús, quien les dominaba era el imperio romano.
De manera que de ellos referirse a un yugo político hablar de libertad era falso, no eran libres, habían sido esclavos varias veces.   Para ser cierto, la única forma sería que ellos estuvieran hablando en el aspecto religioso.
Ahora, la esclavitud que ellos no estaban mirando era la esclavitud terrible del pecado, la cual deseo que todos lleguemos hoy a entender.   Los oyentes judíos no entendían que Cristo les hablaba de libertad espiritual, porque los corazones carnales no sienten otros pesares aparte de los que molestan el cuerpo y perturban sus asuntos mundanos.   Si se les habla de su libertad física, del daño hecho a sus casas, entenderían muy bien, pero si se les habla de esclavitud del pecado, de la cautividad de Satanás y de la libertad de Cristo, del mal hecho a sus almas preciosas, y el riesgo de su bienestar eterno, entonces esto lleva cosas raras a sus oídos.       No entendían lo que Cristo les hablaba.
1.- El Hombre es Esclavo del Pecado.-
Romanos 6:16-20
Rom 6:16  “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle,  sois esclavos de aquel a quien obedecéis,  sea del pecado para muerte,  o sea de la obediencia para justicia?
Rom 6:17  Pero gracias a Dios,  que aunque erais esclavos del pecado,  habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
Rom 6:18  y libertados del pecado,  vinisteis a ser siervos de la justicia.
Rom 6:19  Hablo como humano,  por vuestra humana debilidad;  que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad,  así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Rom 6:20  Porque cuando erais esclavos del pecado,  erais libres acerca de la justicia.”

El hombre es esclavo del pecado porque está en nuestra naturaleza, el pecado aquí mencionado es esa tendencia continua y permanente en el corazón del hombre hacia el mal, algunos lo han definido como aquel deseo de absoluta independencia donde la persona desea y haces su propia voluntad y no la de Dios; claro está, al no hacer la voluntad de Dios termina haciendo la voluntad de sus deseos y sus pensamientos. 
Lo heredamos de Adán.   Y la ley fue dada para revelar, dar a conocer la existencia del pecado porque siendo la ley de Moisés justa, santa y buena pone de manifiesto que todo nuestro deseo, disposición y voluntad apunta en la dirección contraria a esa ley.
La ley llevaba   el propósito de que el hombre se diera cuenta de la incapacidad en él de hacer el bien y que dicha incapacidad le trajera a Cristo.    El ser humano es un esclavo del pecado que tan solo es libre de decidir cuándo pecar, dónde pecar, por qué pecar y para qué pecar.       Todas sus acciones giran alrededor del pecado.
El que no ha venido a Cristo, la persona no transformada, experimenta unos deseos a los cuales se les hace imposible decir: ”no”.    El puede decidir entre un pecado y otro; el que él prefiera; lo que él no puede hacer es negarse a pecar.    Dice Cristo; V34 “…que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”
Ahora bien, es la persona quien presenta sus miembros como instrumentos de iniquidad (Romanos 6:19).    El hombre es uno que peca voluntariamente, él no aborrece el pecado ni lo ve como algo gravemente ofensivo a Dios.     Es como el caso del fumador, el bebedor, el apostador o cualquier otro vicio.  
El que bebe está dispuesto a comprar la botella de alcohol y tomársela, va al colmado y lleva a cabo su deseo, lo que él   no se da cuenta que eso que hizo de plena voluntad eso mismo es su amo a lo cual él está esclavizado.     Es por eso que en una noche él puede sentirse mal a causa del alcohol, sufrir golpes y otras malas consecuencias y tan pronto puede vuelve a buscarlo porque es un eslavo, No es libre.
Esto es un pecado y a la vez una ilustración para entender la esclavitud del pecado.
Otra manera de verlo es a través de la tentación  en un cristiano.  (Santiago 1:14-15)
Jas 1:14  sino que cada uno es tentado,  cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Jas 1:15  Entonces la concupiscencia,  después que ha concebido,  da a luz el pecado;  y el pecado,  siendo consumado,  da a luz la muerte.”
     por medio de los deseos de la carne la persona es atraída hacia el mal.     por ejemplo, el deseo hacia algo prohibido, llámese dinero (codicia) o algo que pertenece a otro.
O la persona es atraída fuertemente por el deseo de divulgar un chisme.    O el deseo de explotar en ira o vengarse, etc.
En ausencia del Espíritu Santo que es mediante quien un cristiano lucha en su interior; en ausencia del Espíritu, la persona no puede resistirse a dichos deseos; incluso esos deseos le llevarán de un lado a otro y solo la gracia común obrando a través de medios como pueden ser las normas sociales, la conveniencia personal etc.   Solo estas cosas frenan un poco el pecado en dicha persona.
Algunos han pensado que es asunto de educación para poner freno al pecado.   Pero ninguna de estas cosas externas puede libertar al hombre del pecado.    Los rituales religiosos son ineficaces, la historia no nos deja mentir:
Mat 23:27  “ ¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas!  porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,  que por fuera,  a la verdad,  se muestran hermosos,  mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Mat 23:28  Así también vosotros por fuera,  a la verdad,  os mostráis justos a los hombres,  pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Mat 23:29   ¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas!  porque edificáis los sepulcros de los profetas,  y adornáis los monumentos de los justos,
Mat 23:30  y decís:  Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres,  no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
Mat 23:31  Así que dais testimonio contra vosotros mismos,  de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
Mat 23:32   ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!
Mat 23:33   ¡Serpientes,  generación de víboras!  ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?”
  Es por esto que digo que no hay Salvador más tierno que Jesucristo quien sabiendo la condición de aquellos judíos religiosos, les dice:
V31 “…si permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.”
Permanecer en su Palabra significa apropiarse de ella y obedecerla.   
2.- La Libertad del Hombre:
Salmo 119:45 “Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos”
(Juan 8:32)   “y conoceréis la verdad,  y la verdad os hará libres.”

Cristo es la misma verdad (V36) Joh 14:6  “Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”
 La palabra es la verdad también (Juan 17:17)
(Romanos 6:17-18)
Rom 6:17  “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la que fuisteis entregados;
Rom 6:18  y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia. “

El proceso de libertad espiritual del hombre no se obtiene con las armas como obtuvimos nuestra libertad como país.    Es a través de un conocer (ginosko); esta palabra indica una relación entre la persona que conoce y el objeto conocido (Mateo 1:25).   Aunque también se utiliza como conocimiento, comprensión de una verdad.
Así la libertad del pecado es obtenida por medio de un conocimiento de la persona de Cristo a través de su Palabra   (Romanos 6:22)
 “Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna. “
 y (Romanos 8:2)
“ Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.

Ese conocimiento experimental de Cristo es lo que daría al judío y a cualquiera la libertad del pecado, no para hacer lo que queremos sino para venir a ser siervos de la justicia.   En un país libre hay muchos esclavos espirituales.
Muchos jóvenes huyendo de la autoridad de los padres se hunden en una peor esclavitud del pecado.
-      ¿Cómo opera esa libertad?
Opera como una capacidad para decir: No al pecado.   Opera como un aborrecimiento interno del pecado, un anhelo por lo santo y una capacidad o poder para decir No a los deseos que antes nos dominaban.    Es cierto que hay una lucha interior pero ahora podemos decidir no pecar;  Decir: “No lo voy hacer”.
(Romanos 6:6,13,14)
Rom 6:6  “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;
Rom 6:13  ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Rom 6:14  Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.”

Ya no tenemos que obedecerle en sus deseos o concupiscencias (Romanos 6:12)
“Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias; “

Al corazón del cristiano, el pecado le puede incitar con un deseo de adulterar, de vengarse, de explotar en ira, etc. y el cristiano con la fuerza del Espíritu Santo decir: “No”.   Esto es libertad del pecado es a esta libertad a la que Cristo nos trae para que podamos obedecer a Dios y hacer justicia.
Sé también que en cada uno de ustedes han podido experimentar una fuerte atracción hacia el mal, y que finalmente el mal gana y lo hace repetidas veces, es de esa esclavitud de la que Cristo quiere libertarte.  No para que hagas entonces tu propia libertad, sino para que vengas a ser esclavo de la voluntad de Dios.   Si eres observador de los procesos de la vida, notarás que la esclavitud no es estática, sino progresiva, cada día va tomando más fuerza en la persona.       Pero hay una diferencia, siendo esclavo del pecado, su fin es perdición y siendo esclavo de Cristo, su fin es estar con él por la eternidad.


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